Putin relanza el grupo de mercenarios Wagner en África con otro nombre
▸ El llamado Cuerpo Expedicionario pretende reemplazar a Occidente en el Sahel
Un informe elaborado con documentos internos rusos, al que ha tenido acceso la BBC, revela que la compañía de mercenarios Wagner –antes cercana al Kremlin y ahora plenamente controlada por Putin– ha puesto en marcha una vasta estrategia para ofrecer sus servicios en el África occidental. El informe lleva la firma del Royal United Service Institute (Rusi), el ‘think tank’ de asuntos de Defensa más veterano del Reino Unido.
Según esta fuente, la nueva empresa rusa de mercenarios se denomina Cuerpo Expedicionario y, manteniendo toda la infraestructura y medios del antiguo Grupo Wagner, ha sido puesta ahora bajo el control de la Inteligencia militar del Estado. Tras el asesinato del líder de la Wagner, Evgueni Prigozhin, que en junio de 2023 tuvo la osadía de encabezar un golpe de Estado contra Putin, el nuevo director es el general Andréi Averianov, jefe de un departamento de la Inteligencia militar al que se acusa de estar detrás del intento de envenenamiento en Londres del agente doble Serguéi Skripal.
Gira de negocios
Una vez puesto por Putin al frente de ‘Wagner 2.0’ después del verano, Averianov llevó a cabo una amplia gira por África para renovar contratos de ‘seguridad’ con gobiernos y ofrecer nuevos incentivos. Según la BBC, el viaje –en el que estuvo acompañado por el viceministro ruso de Defensa– le llevó a Libia, Centroáfrica y los tres países del Sahel que han experimentado golpes militares recientes: Mali, Burkina Fasso y Níger.
En todos ellos, la oferta de Averianov fue similar: máxima seguridad para los nuevos líderes políticos, a cambio de acceso a la explotación de minas, en particular las de oro y uranio. Una propuesta difícil de rechazar en los tres casos citados. Los militares que ahora mandan han llegado al poder gracias a golpes de palacio contra los presidentes a los que decían proteger, por lo que es de sospechar que se sentirán más tranquilos poniendo su seguridad en manos de mercenarios rusos.
La primera víctima de este giro en el Sahel es Francia, la antigua metrópoli, que no solo se ve desplazada en el terreno político sino también en el económico. Las 56 centrales nucleares francesas, que nutren los dos tercios del consumo energético del país, tendrán que buscar otros mercados de uranio a mayor precio.
La implantación de los rusos tendrá también implicaciones para la lucha de Occidente –en particular, de la Unión Europea– contra el auge del yihadismo en África occidental y el Sahel. Mali, Burkina y Níger han expulsado o están a punto de hacerlo a las tropas francesas, y las de la UE podrían tener los días contados.