Frenética actividad de Zelenski en Hiroshima: «La paz está más cerca»
▸El presidente ucraniano llega a Japón para pedir ayuda militar y el apoyo político de las potencias emergentes invitadas al G-7, como la India o Brasil ▸El Kremlin advirtió ayer a los países occidentales de que se enfrentan a «riesgos colosales» por entr
Después de un largo viaje desde Yeda, donde también apareció por sorpresa para intervenir en la cumbre de la Liga Árabe, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, se personó ayer en Hiroshima para participar en la reunión del G-7. Tras jugar al despiste con el anuncio y luego desmentido de su viaje, llegó a la ciudad nipona a bordo de un avión del Gobierno francés, lo que demuestra su estrecha relación con el presidente Macron. Un calculado, pero también arriesgado, golpe de efecto que vuelve a poner en primera línea del debate internacional su lucha contra la invasión rusa y evidencia aún más el aislamiento de Putin.
Para defenderse de su agresión y lanzar una contraofensiva que le permita recuperar los territorios arrebatados por Moscú, Zelenski se ha desplazado hasta Hiroshima con el fin de recibir no solo la solidaridad y el apoyo de las democracias más avanzadas, sino también para pedirles más armamento. Antes incluso de aterrizar, ya había ganado su primera batalla al anunciar Estados Unidos su disposición a que sus aliados europeos envíen a Kiev sus cazas F-16 y formen a sus pilotos.
Venciendo sus reticencias iniciales para evitar que la contienda escalara aún más, el presidente Biden ha dado el visto bueno a esta operación, que vuelve a enfurecer a Rusia. Como respuesta, el Kremlin advirtió a los países occidentales de que se enfrentan a «riesgos colosales» por entregar estos aviones de combate a Ucrania. Mientras tanto, el consejero de Seguridad Nacional estadounidense, Jake Sullivan, insiste en que «nada ha cambiado», según informa France Presse. Ante los medios congregados en Hiroshima, Sullivan justificó la medida porque «nuestra postura sobre la provisión de armas, material y entrenamiento para los ucranianos ha seguido las exigencias del conflicto».
Preguntándose qué es lo que necesita Kiev para defenderse de la agresión rusa, Sullivan señaló que «los F16, los cazas de cuarta generación, son parte de esa combinación», pero matizó que «el primer paso obvio es llevar a cabo la formación», estimada en unos 18 meses. «Vamos a hacer todo lo que podamos para apoyar a Ucrania en la defensa de su soberanía e integridad territorial, y vamos a hacerlo de un modo que evite la Tercera Guerra Mundial», prometió Sullivan. Con dicho propósito, explicó que Kiev ha asegurado que no usará armamento estadounidense para atacar suelo ruso. Pero, por supuesto, eso no calmará la ira de Moscú.
Además de ayuda militar, Zelenski recibirá el apoyo político del G-7, que ha invitado a esta cumbre a otras potencias emergentes, como Brasil o la India, que hasta ahora se han mantenido equidistantes en la guerra. Aunque el primer ministro indio, Narendra Modi, le espetó a Putin el año pasado durante la cumbre de Samarcanda que «no es el momento de una guerra», su país sigue comprándole armas y petróleo barato que luego vende a Occidente. Por su parte, el presidente brasileño, Lula da Silva, ha responsabilizado de la guerra por igual a Putin y Zelenski, a quien pide que haga concesiones territoriales para alcanzar la paz.
Seis reuniones bilaterales
Tratando de ganar adhesiones a su causa, el presidente ucraniano desplegó una auténtica ofensiva diplomática nada más bajarse del avión a primera hora de la tarde. Justo después de la foto de familia del G-7 y sus invitados, en la que no estuvo presen
MONNET & CO.
Zelenski desplegó una auténtica ofensiva diplomática reuniéndose con Sunak, Modi, Macron, Scholz, Meloni y Michel
confrontación nuclear. China no deja de apoyar a Moscú, sigue aumentando sus capacidades militares, también en el terreno nuclear, y ejerce una presión constante sobre Taiwán. Xi Jinping quiere pasar a la historia como el líder que reunificó el país y se compara con Mao Tse-tung.
El G-7 ha aprobado nuevas sanciones contra Rusia, dirigidas a su industria de armamento y a sus vías de financiación internacional. Ha recibido al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, dispuesto a romper el estancamiento al que se ha llegado en la guerra.
La perspectiva de una contienda larga hace más posible la victoria de Rusia y es necesario que la contraofensiva ucraniana obtenga resultados cuanto antes. La industria de defensa europea está al límite de sus capacidades y la fragmentación con la que opera es cada vez más evidente. Por parte de Estados Unidos, frete, llevó a cabo una ronda de reuniones bilaterales como si fuera otra de sus campañas de guerra. En pocas horas, se reunió con seis de los mandatarios presentes en la cumbre. «Hoy la paz está más cerca», escribió en Twitter.
Para empezar, se vio con el primer ministro británico, Rishi Sunak, a quien agradeció su «liderazgo en la coalición internacional de los cazas». Este era su segundo encuentro en apenas una semana después de haber pasado por Londres, donde ambos estrecharon su alianza contra Putin. A continuación nar el ascenso de China es la única prioridad. Si gana a Rusia debilitaría al régimen de Pekín y obligaría a los aliados europeos a comprometerse en el Indo Pacífico.
Jake Sullivan, el influyente asesor de seguridad nacional de Joe Biden, ha aprovechado los márgenes del G-7 para promover su nueva doctrina de seguridad. Se trata de una propuesta de repliegue nacional y reindustrialización, como alternativa a las instituciones multilaterales que su país ha impulsado desde la conferencia de Bretton Woods en 1944.
Los europeos no quieren perder las ventajas de la globalización económica, pero aceptan minimizar los riesgos que supone depender tanto de China y de Rusia. Será una senda difícil de transitar y se necesitarán muchas más reuniones del G-7 hasta encontrar la mejor fórmula de garantizar la paz y la prosperidad en nuestro tiempo.