Washington reafirma su compromiso con Seúl ante un posible ataque de Pyongyang
EE.UU. y Corea del Sur han acordado la llamada Declaración de Washington, en la que la primera potencia mundial reafirma su compromiso en la defensa del país asiático ante un eventual ataque nuclear de su vecino comunista, Corea del Norte. El acuerdo, cerrado durante la visita ayer del presidente surcoreano, Yook Suk Yeol, a Joe Biden en la Casa Blanca, supondrá que Corea del Sur tendrá más voz y peso en las decisiones sobre esa respuesta militar, algo que los gobiernos surcoreanos han buscado con fuerza en los últimos años.
A cambio, la Administración Biden consigue que Corea del Sur mantenga su renuncia al desarrollo de su propio programa nuclear.
En la actualidad, cerca de un 70% de la población de Corea del Sur defiende el desarrollo del programa nuclear, algo que Washington quiere evitar a toda costa.
La cumbre entre Biden y Yoon no había terminado al cierre de esta edición, pero altos cargos del Gobierno de EE.UU. adelantaron de forma anónima a la prensa los aspectos centrales de la Declaración de Washington, que incluye compromisos e iniciativas diseñadas para dar a Seúl más confianza de que EE.UU. responderá con agresividad en el caso de un ataque nuclear de Pyongyang.
Bajo el acuerdo, ambos países pondrán en marcha un llamado Grupo de Consultas Nuclear, en el que autoridades de cada país participarán de forma periódica para negociar y coordinar planes de contingencias nucleares. EE.UU, sin embargo, mantendrá el control sobre qué objetivos se atacarían y cómo se ejecutarían esas operaciones. Ambos países intensificarán también sus maniobras compartidas y ejercicios de simulación militar.
Como muestra del compromiso de EE.UU. con la defensa nuclear de Corea del Sur, enviará un submarino armado con misiles a las costas surcoreanas. «Tenemos la intención de dar pasos para que nuestra posición de disuasión sea más visible», dijeron las autoridades estadounidenses.