Pasión herreriana
El sillón y parte del instrumental del médico sevillano de Alfonso XIII forman parte de su colección de objetos sanitarios que se expone en el museo de Herrera. De joven, en Sevilla, empezó la colección, trasteando por el Jueves y visitando casas de antigüedades. Trabajó cuarenta años en los servicios de urgencias de Osuna. Y a su pueblo le ha dedicado más de quinientas páginas de un libro editado titulado «Apuntes históricos de la villa de Herrera y su entorno». Ha investigado en Simancas, Salamanca, Segovia y en el histórico de Sevilla. Y su colección ha sido vista en numerosas exposicionesUltima dos próximos libros sobre la Herrera romana y una biografía de Martín Arjona. pieza relacionada con aquella medicina?
—Tan solo tengo un par de manguitos de bisturí de tipología árabe. El material andalusí, pese al prestigio de la medicina, no ha llegado en abundancia a nuestro tiempo.
—Otras de las piezas muy atractivas es una epigrafía funeraria de una esclava médica vinculada a la Herrera romana. ¿Cómo la encontró?
—La médica, esclava, se llamaba Heliodora, que trabajaba para un médico. De ella tenemos noticias gracias a una estela funeraria que me encontré en una escombrera de Herrera. La traducción del latín me la hizo uno de los más prestigiosos especialistas en epigrafía latina, el alemán Armin U. Stylow. A quien, por cierto, le encantan las magdalenas de Herrera hechas en casa.
—¿Tiene constancia de otras médicas de aquella época en Hispania o estamos ante la primera documentada epigráficamente?
—Esta es la primera de la que existe documentación epigráfica en España.
—Imagino que habrá tenido ofertas, a lo largo del tiempo, por algunas de sus piezas. ¿Ha vendido usted alguna?
—Nunca, al contrario, lo que intenté era coleccionar el máximo posible de piezas. Nunca vendí nada.
—¿Por qué nunca quiso vender nada?
—Era absolutamente contradictorio con el afán de un coleccionista.