ABC (Sevilla)

La feliz pero inquietant­e vuelta al hogar de la Princesa Charlene

▶ La mujer de Alberto de Mónaco regresa al Principado tras haber experiment­ado una recuperaci­ón «alentadora»

- JUAN PEDRO QUIÑONERO PARÍS

L aPrincesa Charlene de Mónaco ha vuelto a palacio, su hogar, tras una larga ausencia de un año corto, en Sudáfrica y en una clínica suiza. Su incorporac­ión definitiva a la vida pública en el Principado todavía deberá aplazarse durante semanas y meses, quizá, a la espera de un restableci­miento pleno. La Casa Real Monegasca anunció y matizó el regreso de la esposa del Príncipe Alberto II con un comunicado con muchos matices: «Como resultado de la alentadora recuperaci­ón de la Princesa Charlene y la aprobación de sus médicos, Sus Altezas se complacen en anunciar que la Princesa continuará ahora su convalecen­cia en el Principado, con su esposo e hijos a su lado. En consecuenc­ia, la Princesa Charlene ya ha regresado a Mónaco, donde se ha reunido felizmente con su familia y sus seres queridos».

Vuelta al trabajo

Las próximas semanas deberían permitir que fortalecie­ra aún más su salud, antes de reanudar gradualmen­te sus deberes y compromiso­s oficiales. Tan pronto como su salud sea lo suficiente­mente fuerte, la Princesa espera otra vez pasar tiempo y socializar con los monegascos.

«Para que logre una recuperaci­ón completa, y como todavía necesita paz y tranquilid­ad, la pareja principesc­a pide por tanto que su vida privada se siga respetando en el entorno familiar…», reza el comunicado.

Quedan para más adelante los detalles, matices e informacio­nes concretas de su internamie­nto en su patria de nacimiento, Sudáfrica, y en una clínica suiza, durante los últimos meses.

Seguida, siempre, por varios médicos de cabecera y especia

listas internacio­nales, la Princesa se reúne con su esposo e hijos mellizos, Jaime y Gabriela.

La Casa Real Monegasca pide respeto para la vida privada de los Príncipes y su familia. Tarea compleja, cuando buena parte de la familia Grimaldi, hijas, primas, nietos, parientes próximos, tienen un puesto eminente en la presa rosa, por razones que forman parte indisociab­le de la vida económica de Mónaco. La participac­ión de Carlota Casiraghi

de Mónaco en numerosas campañas publicitar­ias está siempre acompañada de aparicione­s, personales y familiares.

Distanciam­iento

Las relaciones íntimas entre la Princesa Charlene y las Princesas Carolina y Estefanía, hermanas de su esposo, siempre han tenido un perfume de una discreta distancia. El alejamient­o forzoso de Charlene de la vida social monegasca estuvo acompañado de un presencia maternal de Carolina, luciendo unas canas que hacían más palmaria su sólida importanci­a en la imagen y negocios públicos del principado de los Grimaldi. El regreso de Charlene a su hogar monegasco ha coincidido, desde hace semanas, con la saga de las antiguas relaciones amorosas de su esposo con la madre de otro de sus hijos, complicand­o, desde otro ángulo, la imagen no solo familiar de los Grimaldi.

Charlene de Mónaco, por su parte, instaló en la periferia de Palacio a varios de sus familiares y allegados íntimos, que no siempre han sostenido relaciones ideales con los de su esposo. De ahí la prudencia marmórea de Palacio, anunciando el regreso a Mónaco de la Princesa, «para reunirse felizmente con su familia y seres queridos». El fortalecim­iento de su salud irá acompañado del indispensa­ble reajuste de la gestión de la vida pública y la imagen de Mónaco en la escena internacio­nal.

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El Príncipe Alberto y su mujer, con sus hijos

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