«El cáncer ha cambiado los tiempos para mí. Ya pienso en semanas, no en años»
dades complementarias en horario escolar. Usted apostó por darles más información a los padres. ¿Está resuelto este debate?
—Por nuestra parte, desde luego, que sí. Vox también es consciente de que se han dado pasos para mejorar la información. Los padres tienen derecho a conocer los proyectos educativos de sus hijos pero no a vetarlos. Si nos les convencen los proyectos de ese centro, tienen la libertad para elegir otro. —Un sector de la concertada denuncia que la ‘ley Celáa’ pone en peligro a esta red educativa. ¿Qué opina?
—Como toda ley, el PSOE nos tiene acostumbrados a que siempre incluya sesgos ideológicos. Es muy difícil llegar a un pacto por la educación cuando se introducen planteamientos ideológicos que no aportan nada a la formación de nuestros niños. En Andalucía la red concertada forma parte del sistema educativo. Ni es complementaria ni subsidiaria de la pública, es fundamental. En nuestro sistema todas las familias tienen la oportunidad para escoger de manera libre qué proyecto educativo quieren.
Apuesta por la FP
—En este curso se han ofertado 240 nuevos ciclos de Formación Profesional (FP). ¿Qué demanda están teniendo? La FP ha arrastrado siempre el estigma de una enseñanza de segundo nivel frente al Bachillerato.
—No es fácil cambiar ese estigma de la noche a la mañana. Es un proceso cultural y social. Estamos haciendo una apuesta clara por la FP pública para darle prestigio y calidad y hemos ofertado más de 16.000 plazas nuevas este curso. Llevamos dos años trabajando con las asociaciones empresariales para aportar nuestra formación a las necesidades laborales porque es intolerable que en una comunidad con un 45% de paro juvenil la FP no estuviera alineada con el empleo. Es algo que clama al cielo. Cada año se quedaban 30.000 jóvenes sin plazas públicas por parte de aquellos que dicen defender lo público. Ni siquiera había plazas concertadas. Todo esto lo estamos desarrollando para desterrar ese estigma de formación de segundo o tercer nivel, cuando es todo lo contrario. Hoy el futuro está en la FP y en una mentalidad de formación permanente. Ahí tiene que intervenir la Universidad con itinerarios que vayan a la formación profesional y a la inversa. —Andalucía presenta una tasa de abandono escolar del 21,8%. Es la comunidad con el peor dato, excluyendo a las ciudades de Ceuta y Melilla. ¿Cómo está combatiendo esta lacra?
—Con la responsabilidad compartida de toda la comunidad educativa y, por supuesto, respetando la figura del docente, que tiene en sus manos el éxito de la calidad escolar. Así se consigue combatir estas tasas intolerables de abandono. No sólo hablamos de casi un 22% de abandono escolar, eso es sólo la punta del iceberg. Luego hay otro porcentaje que no abandona el sistema educativo pero no tiene motivación para continuar formándose.
Entrevista a Javier Imbroda
—Perdone la indiscreción, pero ¿qué lleva a una persona con 8,6 millones en sus cuentas corrientes a meterse en política?
—[Risas] Ese dato que usted aporta sobre mi patrimonio es público, con lo cual no hay nada que decir. Cada año lo actualizo en función de mis declaraciones de la renta.
—Se lo digo por el desgate personal que acarrea el ejercicio de la actividad política.
—En un momento determinado de mi vida renuncié a todo lo que tenía antes, vendí mis acciones y, de alguna manera, me dediqué a este servicio público. Créame que lo hice con absoluta vocación pública porque es evidente que no necesito la política para vivir.
—De hecho, ¿usted le está perdiendo dinero a esto?
—Bueno, de eso prefiero ni hablar porque como lo piense me cabreo. Es una decisión que tomé con mi mujer y pleno de conciencia. Quería aportar mi conocimiento y experiencia a mi tierra. Eso es lo que me llevó a dar este paso. Sé que esto es muy raro porque la gente pensará que algún motivo o algún favor tendrá. Cree el ladrón que todos son de su condición. Tomé la decisión plenamente consciente de a lo que renunciaba y lo que afrontaba. Lo hice con todas las consecuencias. Me cabe la felicidad de formar parte de un gobierno de coalición que está siendo un modelo de gobernabilidad no sólo para España sino para la comunidad internacional. —¿Repetiría otra legislatura? —Yo llevo cinco años luchando contra el cáncer. En esta lucha llevo mucha cirugía y tratamientos, como tantos que padecemos esta enfermedad. Sigo sufriendo y luchando cinco años después. Los tiempos para mí han cambiado. Cuando se dice la perspectiva que te da el tiempo, uno piensa en años, pero yo ya pienso en semanas. La lucha contra esta enfermedad no me permite plantearme proyectos a medio ni a largo plazo. No sé qué va a suceder. Estoy centrado en este curso. Este gobierno está sentando las bases para más de una década, que debe ser la responsabilidad de los cargos públicos: pensar en varias generaciones.
Muchos estudios hablan incluso de un 50% del alumnado. Apelo a las familias para que trabajen en esa dirección.
—Usted fue candidato de Ciudadanos (Cs) por Málaga. Un sector del partido está reclamando primarias para elegir al candidato a la Presidencia de la Junta. ¿Deberían convocarse?
—El candidato a la Junta de Andalucía debe ser Juan Marín, él se ha postulado y yo le apoyo. Creo que no tendríamos mejor candidato por todo lo que representa en Cs y a nivel institucional como vicepresidente de la Junta. Mi opinión, que no es mi decisión, es que no debería haber primarias. No es inteligente organizar primarias en un momento tan complejo, a un año vista de las elecciones andaluzas. Es más inteligente sumar y apoyar plenamente la candidatura de Juan Marín. Sería el mejor favor que le haríamos a Cs y a la sociedad andaluza.
—Juan Marín acusa al ‘número dos’ del PP nacional, Teodoro García Egea, de «comprar» a cargos de Cs. ¿Hay una doble estrategia en el PP nacional y el andaluz sobre el adelanto electoral?
—Yo no soy un político al uso. Soy un ciudadano que está haciendo política. Digo esto porque alguien que viene de la sociedad civil, como un servidor, no puede entender ni compartir este continuo runrún o ruido sobre un adelanto electoral. Sería una consecuencia más de la desconexión de la política con la sociedad, que está muy cansada de los vaivenes de algunos sectores políticos. Vox me está sorprendiendo al pedir una semana sí y otra también un adelanto electoral. No está pensando en los andaluces sino en Vox. Y el PSOE, participando de ese runrún.