ABC (Sevilla)

«El cariño que he recibido ha sido clave en mi recuperaci­ón»

La canaria celebra su primera victoria 18 meses después: «Es muy especial, aunque no da la medalla»

- LAURA MARTA

Todo tiene sentido, aunque Carla Suárez (1988) reprima en parte la alegría porque solo, según ella, es una victoria. Para los ojos de los mortales es eso y muchísimo más, es un empujar la capacidad de esfuerzo y superación que alimenta de esperanza e ilusión a toda la sociedad. Dieciocho meses después de su último triunfo individual, la canaria superó a Ons Jabeur (6-4 y 6-1) en su estreno en el torneo olímpico de Tokio 2020. Victoria a la tunecina, a la pandemia, al cáncer.

—El sacrificio de volver ya había merecido la pena, ¿dónde quedará guardada en su trayectori­a esta victoria?

—Esta victoria será especial, evidenteme­nte. Es muy significat­iva, muy importante. Y estoy muy contenta. Es una victoria en unos Juegos Olímpicos, que es un torneo que se hace esperar cuatro años, en este caso cinco. Y por todo lo que he tenido que pasar.

—¿Cómo la ha vivido?

—La he tomado con mucha tranquilid­ad. Es una victoria importante, que me hacía mucha ilusión, pero el torneo sigue y no es un triunfo que te da una medalla. Sigo con esa tranquilid­ad. Personalme­nte, claro que sí es importante, y porque en Juegos Olímpicos hace especial ilusión, pero seguimos en segunda ronda y con ganas de volver a la pista otra vez.

Todo lo que ha tenido que pasar, aunque ella rehuya de recrearse en su proeza, es un linfoma de Hodgkin diagnostic­ado en septiembre de 2020 tras semanas de pruebas y sin hallar una respuesta firme a su cansancio; la sorpresa, las dudas del inicio, las sesiones de quimiotera­pia, la rabia de justo ese momento en el que ella ya había decidido retirarse de las pistas en las pistas. También es superar la sensación de que el cuerpo es otro, nada que ver con el atlético de antes de todo. Y ponerlo a funcionar porque la mente era consciente sí o sí de que así no se podía acabar el tenis, en una cama de hospital. En abril confirmó que estaba curada (porque, en principio, no hay posibilida­d de que se reproduzca), pero ya llevaba unas semanas con pesas en la mano, con algunos ejercicios en la pista, en la senda de ser Carla Suárez.

A la tercera

El retraso por la pandemia de Tokio 2020 le vino bien, claro, porque pudo ir reconstruy­éndose aun consciente de que el nivel no es el de siempre, pero las ganas sí. Y ahí están sus partidos de Roland Garros y Wimbledon, peleando hasta el final, robándole un set a Sloane Stephens en Roland Garros y otro a Ashleigh Barty, número 1 del mundo, en Wimbledon. La victoria tenía que salir.

No se ha acordado de nadie en especial cuando el revés defensivo de Jabeur ha superado la línea de fondo, ella solo ha cerrado el puño y ha musitado un «¡Vamos!». El torneo sigue, pero sí había cierta liberación en ese 6-4 y 6-1 a su favor. «Intento olvidarme ya de todo lo que pasó. Sí que es verdad, claro, que es emocionant­e porque no ha sido fácil todo lo que he vivido, pero quiero olvidarme de todo, estoy aquí, y me he liberado».

—Perdió contra Stephens en París y contra Barty en Londres. ¿Necesitaba una victoria para confirmar que el proceso estaba completado? —Llevaba un tiempo buscándola, desde hacía meses, no la encontraba. Porque hacía tiempo que no ganaba en individual. Pero no es que la necesitara. Si llegaba una victoria llegaba y si no tenía que llegar, pues no tenía que llegar. Yo soy consciente de lo que he tenido que pasar. El cuerpo no es el mismo, no se recupera igual, me canso un poco más. Soy realista y muy consciente de estas dificultad­es. Pero está claro que ganar hoy es una alegría y muy bienvenida.

—Y en unos Juegos Olímpicos, ¿más especial todavía?

—Es especial, sí. Son unos Juegos, se hacen esperar cuatro años, en este caso, cinco. Estamos acostumbra­das a jugar individual­mente a todos los niveles y alrededor del mundo. Y en unos Juegos lo haces para tu país. Es diferente, se nota el ambiente, muy divertido, no solo entre las tenistas, sino con toda la delegación, vas en equipo y se agradece.

—¿Se siente una diferente?

—Es un orgullo representa­r a tu país. Y no es nada fácil. Tienes que estar entre los mejores del mundo y no es nada sencillo en el mundo del tenis. Estos son mis cuartos Juegos y estoy muy agradecida de todo lo que he podido vivir, de todo lo que estoy disfrutand­o y de las experienci­as. Eso sí que se queda en la memoria para siempre.

—¿Qué le hace sentir que el planeta tenis haya reconocido y celebrado tanto su regreso a las pistas?

—Estoy muy agradecida por todo el cariño que siempre me mandan, del apoyo que he recibido, toda la energía, toda la fuerza. Durante todos estos meses lo he sentido así, y lo agradezco mucho, ha sido clave quizá en esa recuperaci­ón de mi tratamient­o. Solo puedo dar las gracias a toda esa gente que me muestra su cariño.

Son dos títulos en la vitrina (Oeiras en 2014 y Doha en 2016, donde celebró su última victoria antes de todo), pero como seña de identidad, sin duda, la garra, además de ese revés de clase imposible de olvidar. «¡Muy feliz por la primera victoria en Tokio! Poder competir en estos Juegos es ya una alegría inmensa. A por más», celebraba en redes sociales esta victoria sobre Jabeur, sobre el cáncer, sobre ella misma. Carla Suárez, una campeona irrepetibl­e.

«Llevaba tiempo buscando la victoria, pero si no llegaba, no llegaba. Soy consciente de lo que he pasado»

«Representa­r a tu país es un orgullo y no es fácil.

Las experienci­as se quedan en la memoria

para siempre»

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