«Ser madre todavía es un problema»
Blanca Manchón tenía 17 años cuando acudió a los Juegos de Atenas del 2004. Aunque entonces era una niña, recuerda bien aquella cita. «Me sentía como en un videojuego rodeada de deportistas tan grandes. Los atletas americanos, la selección española... Coincidí con Pau Gasol y Rafa Nadal y fue una experiencia increíble». De Atenas volvió con un meritorio diploma olímpico. En Tokio, con casi el doble de edad, buscará lo único que le queda para sellar una carrera fabulosa: «Voy a por la medalla», afirma. Entre medias, cientos de competiciones y premios; y un niño, el suyo. Cuando Noah nació en 2016, los patrocinadores la abandonaron. Dejaron sin apoyo a la que fue la regatista española más joven en unos Juegos, varias veces campeona del mundo y otras tantas de Europa.
Nació en pero
es su segunda tierra. Con 17 años, fue la regatista española más joven en ir a unos Juegos. Fue octava en Atenas. En 2016 dio a luz a su hijo. Para ella, Tokio es «cerrar un ciclo». «Llegué a retirarme, pero mi marido me animó a presentarme a un campeonato mundial de windsurf amateur siete meses después». Y lo ganó.
Ha pasado un lustro, y hoy, Blanca compagina su pasión, el windsurf, con ser madre. «Quedarse embarazada siendo deportista de élite todavía es un problema. Desde el 2016 no ha cambiado absolutamente nada. Yo tuve la suerte de que luego conseguí resultados y llegaron nuevos patrocinadores. Pero esa primera competición la tuve que pagar yo. En general, las ayudas económicas son mínimas», explica. Ahora, su hijo Noah se ha convertido en su compañero de viaje a todas las competiciones: «Cuando eres mamá dependes mucho de tu hijo. Por la alimentación o por si se pone malito, por ejemplo, que se te para el mundo. Es muy sacrificado, pero se puede compaginar», opina. A Tokio, en cambio, tendrá que viajar ella sola por las restricciones del covid. «A nivel psicológico va a ser duro», confiesa.