Dramática es la situación en la Avenida y Alemanes, que contrasta con el panorama del Arenal
La crisis abre una brecha entre las calles comerciales, que viven una situación desigual
La crisis sanitaria que dura ya diez meses está teniendo un efecto desigual en las calles comerciales de Sevilla. Si el termómetro que mide la gravedad de la situación es el número de locales vacíos que se acumulan, es posible hacer distintos diagnósticos en una misma zona. Descorazonador es el paseo por la calle Sierpes, emblema del comercio tradicional de la ciudad, que tiene 17 negocios con el cartel colgado de «se alquila» o «se traspasa».
Los primeros que echaron el cerrojo fueron los establecimientos dedicados a la venta de recuerdos, oficinas de gestión de entradas y pequeñas tiendas de complementos. Le siguieron comercios de ropa y hasta un restaurante que ha cambiado de manos en plena pandemia. La marcha de las grandes distribuidoras que tenían puntos de venta en esta vía y la proliferación de negocios especializados en turistas justifican esta concentración de cierres que recuerda a los años duros de la última crisis.
La situación es completamente distinta en Tetuán, donde sólo llama la atención una clausura, la de Cortefiel, que la marca ya tenía en sus planes antes de que se declarase la emergencia sanitaria. El plan era reemplazar la ubicación del Centro por la nueva apertura en Lagoh una vez que hubiera expirado el contrato de alquiler. Pero ha sido el único caso relevante en todos estos meses, pues tanto las franquicias como los grandes grupos textiles han mantenido los establecimientos abiertos.
Cuna y Puente y Pellón
Ese contraste se observa igualmente en Cuna y Puente y Pellón. La primera se ha convertido en un desierto comercial con el cierre de numerosas tiendas de complementos para flamenca y novias. Los negocios de vestidos también han terminado bajando la cancela por la anulación de bodas y la suspensión de la Feria de Abril y las del resto de municipios cercanos. El anuncio de que tampoco habrá fiestas de la primavera este año le ha dado la puntilla a este sector especializado que hace unos días reclamaba públicamente ayudas para no extinguirse.
En Cuna hay casi una treintena de bajos comerciales clausurados, una situación que nunca había vivido el comercio de esta zona, reconoce a ABC una de las dependientas, pues «la venta de trajes de flamenca y de novias siempre ha sido rentable porque, a pesar de las circunstancias, se han celebrado ferias y bodas». Esta profesional teme que el cambio de hábitos tras la crisis sanitaria «transforme la calle o la aboque a un fracaso permanente como ya ocurrió en su día en Francos».
Por el contrario, los negocios ubicados en Puente y Pellón resisten algo mejor la embestida. Esa es la impresión que se lleva el viandante en vista del número de locales que están clausurados. En el paseo desde la plaza del Pan hasta la Encarnación se cuenta poco más de media docena de cierres, algunos ya de antes del inicio de la pandemia. La construcción de los dos hoteles que se han abierto en la calle le ha dado vida, aunque ahora no reciban huéspedes, pues han ocupado espacios que dejó libres el comercio hace mucho como los almacenes Vilima y Galerías Madrid y a finales de este año estará también en servicio el alojamiento que Sacyr construye en el antiguo edificio municipal de Hacienda, cedido en pago por las Setas.
Al otro lado del mercado de abastos, la oferta es eminentemente hostelera y capea el temporal gracias a la clientela local. Así lo afrontan los autónomos de la calle Regina, donde apenas quedan cuatro locales disponibles, la mayoría en el segundo tramo que está más cercano a San Juan de la Palma. El drama comienza al enfilar la calle Feria. Allí la crisis ha dado al traste con negocios de todo tipo, desde inmobiliarias a tiendas de muebles y decoración y un par de locales de restauración. También se ha reducido espacio comercial en tiendas como la de instrumentos musicales y han caído otras de telefonía como la de Vodafone, que no ha llegado a cumplir los tres años en este céntrico emplazamiento.
Avenida de la Constitución
Otro caso dramático es el de la Avenida de la Constitución, antigua mi