Más de 523.000 trabajadores pueden quedar fuera de los ERTE
Σ Muchos podrían ser despedidos con la oferta presentada por el Gobierno
una empresa de ingeniería que seguimos teniendo ambición y ganas de seguir creciendo». No obstante, admite que el sector aeroespacial requiere jugadores más grandes y hay un proceso de concentración que no para. «Estamos abiertos a un escenario de colaboración, consorcio o pero no estamos en el escenario de vender la empresa», advierte.
Pandemia
Gómez-Guillamón, una voz autorizada en el sector aeroespacial, afirma que «la crisis es profunda porque ha provocado una paralización de casi el 95% de las flotas de aviones. La cuestión es saber cuándo se recuperará la normalidad en las operaciones aéreas. Por desgracia estamos entrando en los escenarios de una crisis de larga duración en la aviación comercial». A su juicio, «ya no podemos pensar en medidas a seis meses, sino a tres o cuatro años», añade este CEO.
«La parte esperanzadora —concluye— es que la travesía es larga pero cuando se deje atrás, este sector seguirá creciendo al ritmo de antes. No es un sector en declive, sino con problemas. Por eso merece la pena prestarle toda la ayuda que necesite. Hay que estimular a las empresas acelerando las inversiones en nuevas tecnologías. Las empresas tienen también que diversificarse y los países tienen que apostar por programas de aviación militar. Se abre un escenario de procesos de consolidación, fusiones y adquisiciones porque se trata de no perder talentos y capacidades».
Solo un giro de 180 grados en las negociaciones que deben prorrogar los ERTE permitirá que empresarios y sindicatos rubriquen un acuerdo para prorrogar las ayudas al empleo. La propuesta que defienden los ministros del ala socialista del Gobierno, José Luis Escrivá, Nadia Calviño y Reyes Maroto, de mantener las ayudas solo para los sectores más dañados –hoteles, agencias de viaje, aviación y teatro, lo que situaría fuera al comercio y hostelería– dejaría sin protección a 523.344 trabajadores, lo que supone que cerca del 80% de los afectados por un expediente por fuerza mayor quedaría fuera de la red de seguridad, según datos que manejan los negociadores de los agentes sociales. En el entorno del Ministerio de Seguridad Social defienden que la cobetura es mayor, aunque no ofrecen ningún cálculo concreto.
La gravedad de las cifras radica en que podrían convertirse en un auténtico tsunami laboral, pues la mayor parte de estos trabajadores podrían ser despedidos, dado que muchas de las empresas a las que pertenecen tendrán en poco tiempo vía libre para realizar extinciones, en cuanto hayan transcurridos los seis meses desde que incorporaron al primer trabajador, tal y como marca la ley. Esto implica, además, que no tendrían que devolver los descuentos disfrutados en las cotizaciones.
Con cifras de agosto, los sectores que el Gobierno busca blindar suman 140.312 personas en un ERTE por fuerza mayor. Quedarían fuera el resto de sectores, entre ellos comercio y restauración, que sumarían los 523.344 citados. A finales de agosto había 812.438 empleados en ERTE, 663.656, con fuerza mayor. El Ministerio de Seguridad Social, sin embargo, defiende que su propuesta incluye también a las «empresas satélite» que dependan de estas compañías. Y es que ayer el departamento de Escrivá puso sobre la mesa una nueva propuesta para intentar desbloquear las posturas, pero no eliminó la sectorialización de las ayudas, línea roja para los agentes sociales. Fuentes de la negociación cercanas a este ministerio explicaron que han elevado «casi al cien por cien» las exoneraciones –frente al 25 o 30% de media del que disfrutan actualmente– y se han introducido dos vías de acceso a estas condiciones para empresas que, aunque estén fuera de los sectores protegidos, formen parte de su «cadena de valor».
Empresas vinculadas
Para ello, la empresa deberá demostrar que mantienen un relación comercial estable con la acogida al ERTE y que ha sufrido una caída en su facturación. Un ejemplo sería una tintorería cuyos ingresos dependen en su ma