Apuntes para padres
tempranas conozcan el mundo empresarial y, sobre todo, pierdan el miedo a lo desconocido y el temor a creer que ellos no serán capaces de conseguir el empleo que desean».
Rosa Martínez también coincidió en la importancia de escuchar al alumno dentro de la familia. «Los padres deben realizar esta escucha de manera activa; es decir, sin juicios, sin levantar la ceja, aunque cueste no hacerlo, cuando nos diga lo que le gustaría hacer y no coincidamos con él. Hay que acompañarle en el proceso, confiar en él y superar ese temor a que se puedan dar un tortazo».
No dudaron las ponentes del foro en incidir en que el mundo laboral ha cambiado mucho: «Antes lo hacía cada diez años, pero ahora lo hace cada dos», puntualizaban. Recordaban que hace años para los progenitores era más sencillo recomendar a sus hijos estudiar Medicina, Derecho, Farmacia, Arquitectura... pero en la actualidad la tecnología ha fomentado la creación de puestos y profesiones que ni siquiera conocen bien en qué consisten e, incluso, les cuesta pronunciar. «Nosotros tenemos médicos que trabajan desarrollando tecnología biomédica. Hay que ser flexibles porque el mercado laboral así lo exige y ayudar a los hijos a que también lo sean», recomendó Eva Cornide. «Sobre todo –matizó Rosa Martínez– porque las carreras profesionales antes eran prácticamente para toda la vida y, ahora, en dos años rotan mucho los perfiles que se demandan porque el mercado laboral es muy cambiante. Por lo tanto, lo esencial para los padres es acompañar a sus hijos en todo este proceso imparable».
También consideraron lógico que los jóvenes se decanten por una carrera universitaria u otra en función de las salidas profesionales, «es razonable que este condicionante pese en su decisión porque buscan una salida profesional, están decidiendo su futu
Para Eva Cornide, alumnos y padres deben partir de que nada es definitivo. «Según avancen en los estudios descubrirán si les gustan o no y en el camino surgirán muchas oportunidades. Si se equivocan, deben hacerlo a su manera y reinventarse las veces que haga falta».
Así lo consideró también Carmen García de Elías al señalar a las familias que «los hijos son otra persona, no debemos nunca reflejar en ellos nuestras frustraciones, ni objetivos. Los padres deben dar un paso hacia atrás para que los hijos puedan darlo hacia delante».
Rosa Martínez apostó por la educación sin intervenir. «Los padres deben ser observadores, guías, pero sin juzgar y nunca tomar la decisión por ellos», puntualizó.
ro, pero no deben olvidar que
la salida laboral que ansían cuando comienzan la carrera, al terminarla puede que tenga más o menos oferta de empleo o, incluso, que requiera nuevos perfiles».
Competencias
Por todo ello, Carmen García de Elías advirtió que hay un factor esencial a lo largo de la vida profesional de los estudiantes, que es el de las habilidades y las competencias. «Los conocimientos son importantes, pero más aún lo es la persona, sus valores y sus competencias y esas habilidades que, incluso nosotros, certificamos con un programa». Respecto a quién tiene más dudas, si ellos o ellas, las ponentes apuntaron que ambos están más o menos a la par, «lo que ocurre –puntualizó Rosa Martínez– es que las alumnas maduran antes y, aunque le dan muchas más vueltas al asunto, y llegan hasta entrar en bucle, es más probable que tengan su futuro más claro, mientras que los alumnos cuando toman una decisión les consume menos energía su proceso de decisión. Las féminas, no obstante, están más acostumbradas a pedir más ayuda que ellos, que tienen tendencia a encerrarse más en sí mismos».
«Los jóvenes deben liberarse del temor a creer que no serán capaces de lograr el empleo que desean»
«Antes las carreras profesionales eran de por vida, ahora la demanda de perfiles rota cada dos años»