Aperitivo de lujo para los
Lakers y Warriors se enfrentan en el torneo que abre la puerta a la lucha por el anillo
La última jornada de la liga regular de la NBA no deparó sorpresas. Ganaron los que tenían que ganar y perdieron los que se esperaba que perdieran. Resueltas hace tiempo la mayoría de las posiciones de la tabla, solo quedaba por dirimir si los Lakers, actuales campeones, eludían el ‘play-in’ –torneo de nuevo cuño que abre la puerta de los playoffs a los equipos clasificados entre el séptimo y el décimo puesto de cada conferencia–, algo que finalmente no sucedió y que obligará al equipo de LeBron James y de Anthony Davis a disputar una eliminatoria para no quedarse fuera de la lucha por el anillo.
Ese duelo será ante los Warriors de Stephen Curry, que a pesar de las bajas –no han podido contar con Klay Thompson en todo el año– se las han apañado para alcanzar un lugar de privilegio en la siempre complicada Conferencia Oeste. Será un cara a cara con premio envenenado para el ganador, que irá directamente a enfrentarse con los Suns en la primera ronda de los playoffs y con el factor cancha en contra. El perdedor tendrá aún una opción más de seguir vivo, aunque para ello deberá superar al ganador del duelo entre los Grizzlies y los Spurs. Un lío que no gusta ni a los aficionados ni a los propios jugadores, muy críticos con este nuevo formato que ya se utilizó el año pasado durante la burbuja de Orlando y que parece tener los días contados.
«Quien haya sido el responsable de esta mierda merece ser despedido», afirmaba el propio LeBron James hace días, cuando la posibilidad de que los Lakers tuvieran que disputar el ‘playin’ era ya muy alta. La lesión del propio James en el último tercio de temporada regular y la de Anthony Davis, ausente durante varias semanas, han lastrado al campeón, que no ha terminado de encontrar nunca el estado de forma que le llevó al título hace solo unos meses. No han terminado de acoplarse los nuevos –Marc Gasol juega menos que nunca y ha pasado de ser un fichaje ilusionante a un recurso casi de emergencia– y esas dudas ponen en peligro su supervivencia más allá de este torneo previo a los playoffs.
Porque enfrente no espera cualquiera. Lo hace un Curry renacido, que tras perderse casi toda la temporada pasada por una lesión en la muñeca ha vuelto a lo grande. A sus 32 años ha liderado la liga en anotación (32 puntos por encuentro), algo que a esa edad solo había conseguido hacer un tal Michael Jordan. En su brazo se han mecido los Warriors, que han superado la ausencia de Klay Thompson gracias al base y a la omnipresencia de Draymond Green. Además, Wiggins se ha erigido como
Torneo que da dos plazas de playoffs a los clasificados del 7 al 10 de cada conferencia