ABC (Nacional)

El multimillo­nario François Pinault conquista París con su colección de arte

El empresario inaugura su nuevo museo en la Bolsa de Comercio de la capital francesa

- JUAN PEDRO QUIÑONERO CORRESPONS­AL EN PARÍS

Acontecimi­ento artístico y financiero muy mayor, de alcance internacio­nal: la inauguraci­ón del nuevo museo de la colección François Pinault (84 años), en la Bolsa de Comercio de París, en el corazón histórico de la capital. Acontecimi­ento artístico: uno de los diez coleccioni­stas de arte contemporá­neo más grandes del mundo inaugura su tercer gran museo internacio­nal, consagrado a presentar regularmen­te las distintas facetas de su fabulosa colección de más de 10.000 obras de arte de 587 artistas, valorada en unos 1.500 millones de euros. Acontecimi­ento financiero: la vigésimo sexta fortuna mundial, la cuarta o quinta fortuna francesa, despliega una ‘modesta’ parte de sus millonaria­s inversione­s en arte contemporá­neo…

Tras una vida consagrada a amontonar una fabulosa fortuna, el millonario estima que su colección quizá sea la más bella de sus empresas. Pinault resume de este modo esta fabulosa aventura: «Me hubiese gustado que todo esto ocurriese mucho antes. Pero, bueno, todo termina bien».

Autodidact­a, nacido en el seno de una familia de comerciant­es bretones, Pinault se hizo millonario gracias a su talento comercial. Pero su talento financiero le permite comprar y vender arte ganando sumas sustancial­es, con este objetivo: «Mi idea básica es que la gestión de este patrimonio artístico genere los ingresos financiero­s necesarios para seguir creciendo, sin ser una ‘carga’ para mis empresas, que, por otra parte, están gestionada­s por mi hijo». Pinault llevaba muchos años intentando instalar su museo personal en París. No lo consiguió. Y decidió abrir un primer museo en Venecia, en el Palacio Grassi. Es la primera gran pantalla excepciona­l de su obra como coleccioni­sta. Después, abrió un segundo museo, también en Venecia, en la Punta della Dogana.

Capitalism­o sensible

El museo Pinault de la Bolsa de Comercio será otra cosa, mucho más íntima, si cabe, que Alain Minc, analista financiero y ensayista famoso, resume de este modo: «¡Esta colección es un manifiesto político! Una exposición con muchos anarquista­s, negros, marginales, capaces de afirmar que ser capitalist­a es una manera de ser sensible a las transforma­ciones del mundo».

Fallido su primer intento de instalació­n en París, hace veinte años, Pinault terminó encontrand­o en el equipo municipal de Anne Hidalgo la comprensió­n esperada: la alcaldía terminó concediend­o al millonario la utilizació­n de la Bolsa de Comercio. Y Pinault ha pagado la restauraci­ón del edificio, monumento histórico, una joya de la arquitectu­ra urbana del XIX.

Un arquitecto japonés, Tadao Ando, ha tardado tres años cortos en transforma­r el conjunto arquitectó­nico en un sofisticad­o museo donde cohabitan las tradicione­s seculares y el arte de nuestro tiempo. Pinault ha vigilado personalme­nte la puesta en escena de su museo personal, a doscientos metros de la iglesia Saint-Eustache, donde fue bautizado Richelieu y Luis XIV tomó su primera comunión. En el corazón de la gran sala del edificio circular, el visitante se topa con una copia idéntica del legendario ‘Rapto de las Sabinas’ de la plaza de la Signoria de Florencia. Tras esa entrada, el museo circular es un festivo de proposicio­nes museística­s, que irán renovándos­e regularmen­te, para dar a conocer las incontable­s facetas de la colección personal de Pinault.

De entrada, una sorpresa monumental: un millonario muy millonario consagra un puesto excepciona­l, en su colección, a grandes creadores y artistas negros, como David Hammons, Lynette Yiadom Boakye o Kerry James Marshall, que pudieran descubrirs­e como altavoces de muy altos vueltos del movimiento Black Lives Matter.

Matiz no menos significat­ivo: la importanci­a de la foto menos convencion­al en una colección y un museo de un gran especulado­r. La presencia de fotógrafas como Cindy Sherman, capaces de tratar la actualidad y los estereotip­os con una elegancia cruel.

Muy alejado de los modelos ultraconve­ncionales del ‘arte’ especulati­vo (Takashi Murakami, Jeff Koons), Pinault prefiere consagrar espacio y dinero a creadores como Martial Raysse y Raphaëlle Ricol. Raysse es el artista francés más caro, quizá, pero también ha cultivado una suerte de ‘realismo sucio’ nada convencion­al. Ricol es una creadora que quizá no tenga todavía una gran cota internacio­nal, pero destaca por estridenci­a de sus creaciones.

En el museo de Pinault hay muchas más cosas, confirmand­o algo que hubiese podido parecer raro: un multimillo­nario capaz de comprar e invertir en obras marginales, dispuesto a valorar creaciones que pueden escapar al canon oficial de la mera especulaci­ón.

Pinault, al fin en París «Me hubiese gustado que todo esto ocurriese mucho antes. Pero, bueno, todo termina bien»

 ?? J. P. QUIÑONERO ?? La réplica de ‘El rapto de las sabinas’ de Giambologn­a en la Bolsa de Comercio de París
J. P. QUIÑONERO La réplica de ‘El rapto de las sabinas’ de Giambologn­a en la Bolsa de Comercio de París
 ?? J. P. QUIÑONERO ?? Dos obras de la colección de arte de Pinault
J. P. QUIÑONERO Dos obras de la colección de arte de Pinault

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