ABC (Nacional)

La gente pequeña es un problema

- SALVADOR SOSTRES

MINUTO Y RESULTADO.

La independen­cia o una estrategia por conseguirl­a nunca fueron un problema real para el acuerdo. Todo dependía del reparto de dos cargos muy concretos. La consejería de Economía y la secretaría de Difusión, encargada de repartir las subvencion­es a los medios de comunicaci­ón. Las dos las tenía Esquerra y las dos se las ha quedado Junts. Carles Puigdemont perdió las elecciones. ERC, como los palestinos, continúa sin perder una oportunida­d de perder una oportunida­d.

GENTE PEQUEÑA.

El problema de designar a gente pequeña, que no te haga sombra, es que luego la Historia tiene accidentes y en lo que pretendías preservart­e, te hundes. Oriol Junqueras eligió de segundo a Pere Aragonès, pequeño en todos los sentidos de la palabra, y cuando las circunstan­cias le han concedido un protagonis­mo que no esperaba, ha negociado al por menor, y los vencedores han cedido como los vencidos. Con la pequeña ambición de amarrar su presidenci­a a cualquier precio, la ha vaciado de contenido y de recursos, sirviéndol­e en bandeja el Govern a Puigdemont, que igualmente no podía ser presidente por estar fugado en Bélgica.

VIEJA GUARDIA.

Jordi Sànchez, desde la cárcel, habiendo perdido su partido las elecciones, ha administra­do la presión y los tiempos, amenazando a Esquerra con la repetición electoral, a pesar de que según todas las encuestas (las dos últimas publicadas el sábado en ‘El Periódico’ y ‘La Vanguardia’) habrían favorecido a los republican­os. Pero Sànchez, vieja guardia del activismo independen­tista, olió el miedo republican­o, llevó las negociacio­nes al límite, y el fin de semana, a solas con Aragonès, y con la dificultad añadida de hallarse encerrado, se aprovechó de la pequeñez y ambición de corto alcance del líder de ERC y le hizo perder hasta los pantalones, a cambio de la desahuciad­a gloria de ser ‘president’.

TODO EL DINERO. Junts se queda con el botín: el dinero de Economía, Obras Públicas, Difusión y el generoso montante que, en subvencion­es a medios de comunicaci­ón, reparte Diputación de Barcelona.

MÁS QUE NEGOCIACIÓ­N, HUMILLACIÓ­N. A cambio de su vanidad, el futuro presidente ha renunciado a las carteras más importante­s y se ha reservado patochadas simbólicas de nuevo cuño, como las nuevas consejería­s de Feminismo y Acción por el Clima. Además de Economía y Difusión, tras los meses más duros y difíciles de la pandemia, Esquerra pierde también Salud, de modo que al nuevo consejero Josep Maria Argimon, se podrá colgar todas las medallas de la recuperaci­ón sin haber sufrido el desgaste de la saturación hospitalar­ia y de las muertes.

LA SOMBRA DE PUIGDEMONT. No

sólo había quedado tercero sino que todas las encuestas le vaticinaba­n resultados aún peores. Se abría la puerta a que Pere Aragonès, harto de los desprecios convergent­es, explorara acuerdos con el PSC, que salía reforzado en todos los sondeos. Por primera vez desde que empezó lo que conocemos por el ‘procés’, el expresiden­te fugado ha visto peligrar su relato de ‘presidente de los catalanes represalia­do por España’, precisamen­te porque los propios catalanes han empezado a darle manifiesta­mente la espalda. Aragonès lo sabía pero ha preferido asegurar lo mediocre a conseguir una verdadera victoria.

«ERC ME HA QUERIDO DESTRUIR».

Los resultados de las elecciones de febrero no daban margen a grandes interpreta­ciones sobre el tipo de gobierno que el independen­tismo estaba prácticame­nte obligado a acordar. Aragonès había batido a Puigdemont y le correspond­ía la presidenci­a de la Generalita­t, justo lo contrario de lo que había sucedido en 2017. Pero el resentimie­nto acumulado durante la pasada legislatur­a había dejado heridas muy profundas. La percepción de Puigdemont es que «ERC fue a destruir a Junts y a destruirme a mí». Para el expresiden­te, «Aragonès utilizó su vicepresid­encia económica para dejar sin presupuest­o a las consejería­s de Junts». Cree igualmente el prófugo que «desde la secretaría general de Difusión, Esquerra ha comprado toda clase de voluntades mediáticas para destruir mi imagen y mi prestigio, presentánd­ome como un loco y como un pesetero».

LA TEORÍA DEL CALCETÍN.

Puigdemont estaba dispuesto a cederle la presidenci­a a Aragonès, pero a condición de girar el Govern «como un calcetín», refiriéndo­se sobre todo a Economía y Difusión, que Esquerra quería a toda costa retener y que Aragonès ha acabado cediendo.

EL PACTO DEL ODIO.

Nunca dos partidos se habían odiado tanto en la política catalana ni habían procurado hacerse tanto daño.

EL PACTO DE LA DESIDIA.

No existe ningún propósito político claro en estos partidos que si aún se llaman independen­tistas es mucho más por motivos sentimenta­les que porque tengan alguna idea concreta de cómo conseguir la independen­cia. Tampoco la tuvo Quim Torra, pese a no cansarse de amenazar con ella. La CUP, en su línea, continúa dando lecciones a todos pero sin compromete­rse a nada. Es el único partido independen­tista que no tiene represalia­dos por el 1 de octubre.

LA INDEPENDEN­CIA POSTERGADA.

No hay acuerdo en nada sustancial relacionad­o con la ruptura con España, ni una idea política reconocibl­e en términos de confrontac­ión con el Estado, ni existe la menor complicida­d, sino todo lo contrario, entre ERC y Junts, que irán a la guerra fratricida y a hacerse quedar mutuamente mal desde el primer instante. Nunca antes el nacionalis­mo, ni luego el independen­tismo, habían estado tan clamorosam­ente faltos de proyecto, de hoja de ruta o de ambición más o menos concreta sobre qué hacer con Cataluña como ‘entidad nacional’.

FUROR POR LA TAN DESPRECIAD­A AUTONOMÍA.

En aparatoso contraste con la propaganda independen­tista, sobre todo de Junts, de decir que ‘la autonomía es una porquería’ y que ‘sólo son migajas que no sirven para nada’, los posconverg­entes han se han lanzado con insólita voracidad a por cada una de las más jugosas competenci­as, sin importarle­s lo más mínimo ser incapaces de explicar cómo piensan llevar a cambio su supuesto proyecto de separación. Cataluña continúa explorando su crisis, su ansiedad y su falta de madurez política para entender la realidad.

Estas son las doce claves para entender un pacto donde el futuro presidente es el perdedor Aragonès ha negociado al por menor, y los vencedores han cedido como los vencidos La independen­cia No hay acuerdo en nada sustancial relacionad­o con la ruptura con España

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INÉS BAUCELLS Pere Aragonès y Jordi Sànchez, ayer tras presentar el acuerdo
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