Fin de semana de macrobotellón y caos al decaer el estado de alarma
Solo en Barcelona hubo que desalojar a 16.000 personas. En Pamplona se saldó con heridos
La Guardia Urbana de Barcelona y los Mossos d’Esquadra desalojaron este fin de semana 16.235 personas por aglomeraciones o botellones en espacios públicos de la capital catalana. La noche del domingo, 9.055 personas y la del sábado, 7.180. Las actuaciones policiales se llevaron a cabo entre una hora antes del cierre de los bares y los restaurantes, a las 22.00 horas, y hasta las 6.00 horas del día siguiente.
El punto de máxima concentración, en la noche del sábado al domingo, fue la playa de San Miguel, donde desalojaron 2.000 personas y se las redirigió hacia el paseo Juan de Borbón por el lado mar, evitando así que accedieran a las calles del barrio de la Barceloneta y produjeran ruidos a los vecinos.
Además, el paso del Borne y el de Lluís Companys, alrededor del Arco del Triunfo, fueron también espacios de máxima concentración de personas que incumplían las medidas de seguridad. Todos los desalojos se realizaron sin incidentes. La Generalitat de Cataluña mostró ayer su preocupación por las aglomeraciones, aunque Marc Ramentol, secretario general de Salud, dijo que no creía que tengan gran «repercusión epidemiológica».
Este es el segundo fin de semana sin toque de queda, tras finalizar el 9 de mayo el estado de alarma, decretado el 25 de octubre de 2020 para frenar los contagios del Covid-19. En Barcelona, la noche del 9 de mayo, en 31 puntos calientes, se desalojaron 6.500 personas.
No solo se produjeron botellones y aglomeraciones en Cataluña. En Pamplona, las concentraciones en la calle terminaron en altercados con cuatro agentes de la Policía Municipal de Pamplona heridos. Los agentes se movilizaron, tras varios avisos ciudadanos por molestias en la vía pública. A su llegada fueron recibidos con lanzamientos de botellas y otros objetos y con la quema de contenedores, además de cruzar varios de ellos en la vía pública.
En Huesca no hubo altercados, pero la Policía también se vio obligada a desmantelar un macrobotellón celebrado a las afueras de la ciudad de Huesca, en el entorno de la ermita de Salas, con la participación de centenares de personas.
Dique de contención
La Federación Nacional de Empresarios de Ocio y Espectáculos (España de Noche) ha pedido a las comunidades autónomas que reactiven, tras el fin del Estado de alarma y del toque de queda, la actividad de los 9.678 locales de ocio que han logrado sobrevivir a la crisis económica derivada de la pandemia.
Aseguran que sería el mejor «dique de contención» contra «los macrobotellones y las fiestas ilegales» y el «caos nocturno en las calles» que ha provocado la supresión del toque de queda desde este 9 de mayo.
Según el presidente de la Federación de Ocio, Ramón Mas, si no se reactiva la actividad del ocio nocturno, «las ciudades se convertirán en un macrobotellón por las noches, con las molestias asociadas para los vecinos y la dificultad para contener el virus»