El derechista AfD alemán desafía a Merkel con un congreso presencial
Alternativa por Alemania busca votos entre los que se oponen a las restricciones
La crisis de identidad y liderazgo que sufre el partido antieuropeo y antiextranjeros Alternativa para Alemania (AfD) impide por el momento que sus muy diversas facciones se pongan de acuerdo en la designación de candidato para las generales del 26 de septiembre. El único que mantiene buenas relaciones con todos y sobre el que podría articularse un consenso es Alexander Gauland, representante por Brandemburgo, pero tiene 80 años y sus familiares le han hecho prometer que no será candidato, por lo que el congreso nacional con más de 600 delegados que el partido celebra este fin de semana en Dresde ha renunciado a ese objetivo, aplazado, y se centra en fijar una estrategia electoral. «Este país lleva 16 años perdiéndose a sí mismo con la connivencia de todos los partidos políticos», delineó ayer en su discurso inaugural el copresidente de AfD, Jorg Meuthen, «la gran coalición ha destruido paso a paso la normalidad necesaria para el funcionamiento de esta sociedad y nosotros somos la única formación política que hace oposición, un valor que el electorado no va a dejar pasar por alto». Meuthen se ciñó al lema del congreso, ‘Alemania, pero normal’, para reivindicar la normalidad anterior a las grandes coaliciones de Merkel con los socialdemócratas y afirmar que AfD es el «partido de la única oposición real» en el contexto de un «país que se ha vuelto loco».
En lo único que parecen estar de acuerdo todas las facciones de AfD es en que pueden beneficiarse del descontento ciudadano que deja tras de sí la pandemia. Con una CDU vaciada y «sacudida por los escándalos», y con un SPD perdido y «desapegado de sus bases», Meuthen dijo que los votantes solo necesitan conocer dos programas electorales: «el nuestro, que es el de las libertades, y el de los llamados verdes, que son socialistas camuflados de ecologistas». Para Meuthen, con la decisión de organizar personalmente el evento, AfD demuestra lo absurdo de esta «orgía de prohibición, este encierro, esta locura de suspender la vida pública», en relación al cierre que desde noviembre soporta Alemania de gastronomía, ocio, cultura, deporte y la mayor parte del comercio. Arengó a los delegados, llamando a promover una «super movilización en este super año electoral» y pidiendo un esfuerzo particular en Sajonia-Anhalt a principios de junio, donde considera que el partido «tiene la gran oportunidad de convertirse por primera vez en la fuerza más poderosa». Saltando sobre el trampolín del este, espera recuperar impulso de cara a las generales.
Las últimas encuestas señalan que AfD habría tocado techo electoral. Si bien en los ocho años desde su fundación ha logrado escaños en todos los parlamentos regionales y desde 2017 está presente en el Bundestag, tras logar un 12,6% de los votos en las pasadas generales, las encuestas ahora apenas le conceden el 10%. Más que un programa electoral concreto, lo que parece buscar este congreso es un enemigo contra el que lanzar su discurso de agitación, ahora que Merkel abandona la política y no tienen contra quién presentarse. El anterior eslogan, ‘Merkel debe irse’, ya no vale. Y en la primera jornada del encuentro se perfilaron Los Verdes como el centro de la diana. Meuthen fue ovacionado cuando identificó al partido ecopacifista, que también capta voto protesta, como «la otra fuerza motriz en Alemania para horror de todas las personas sensatas». «AfD o Verdes: esa es la verdadera elección en septiembre, resumió, en relación también al posible socio de coalición para el partido que gane, que aunque bajando en las encuestas seguiría siendo la conservadora CDU con el 28%.