El Supremo obliga a Nuet a dejar su escaño en el Congreso
La Sala Penal del Tribunal Supremo condenó ayer al diputado de ERC Joan Josep Nuet a ocho meses de inhabilitación por desobedecer al Tribunal Constitucional como miembro de la Mesa del Parlament en la legislatura de Puigdemont. Fue ese órgano, presidido por Carme Forcadell, el que tramitó las leyes rupturistas del ‘procés’. La condena obliga a Nuet a dejar el escaño que hoy ocupa en el Congreso de los Diputados.
Los magistrados han atendido así la solicitud de condena de la Fiscalía, aunque el Ministerio Público pedía un año y cuatro meses de inhabilitación, algo menos de lo que el Tribunal de Justicia de Cataluña condenó hace unos meses al resto de miembros de la Mesa. La Sala considera que Nuet cometió un delito cuando desobedeció los mandatos del Tribunal Constitucional, que prohibió a la Mesa tramitar cualquier iniciativa contraria a la Constitución.
Durante su declaración Nuet negó que tuviera intención de desobedecer al órgano de garantías y atribuyó su decisión de admitir a trámite esas iniciativas al deseo de su grupo parlamentario (entonces Catalunya Si que es Pot) de generar un debate que permitiera reconducir iniciativas a priori ilegales por la senda de la constitucionalidad. «Creímos que era posible y nos equivocamos», dijo. Nuet insistió en que tres años después de aquello «las cosas se ven de otra forma» y que hay cosas que hizo que hoy no haría. «Entonces era todo nuevo, no había experiencia»; se estaba pisando un terreno hasta entonces inexplorado, explicó.
En su sentencia, la Sala declara probado que el acusado «era plenamente consciente» de que el referéndum de autodeterminación «contrariaba abiertamente la Constitución» y las órdenes dictadas por el TC en resoluciones que le fueron notificadas personalmente y de las que había sido informado. Y aun así, votó favorablemente a su admisión. «El mandato era claro, preciso y el acusado dispuso de fuentes de conocimiento altamente cualificadas para acomodar su conducta a las exigencias dispuestas», apunta, en referencia a las advertencias de los letrados y secretario general del Parlament. «Su desobediencia fue, por tanto, consciente y voluntaria (...) O acataba o desobedecía, y optó por desobedecer», agrega. Sin embargo, si opta por imponerle una condena menor que la de sus excompañeros de la Mesa, juzgados, en su caso, por el TSJ de Cataluña, es porque a juicio del Supremo el acusado «no evidenció una actitud abiertamente deslegitimadora» del TC.