Villarejo reflejó en su diario su complicidad con Lola Delgado
Los apuntes personales del excomisario revelan que tuvo contactos con la élite política y judicial hasta su caída
MADRID
El día antes de que detuviesen al comisario jubilado José Manuel Villarejo todavía hubo quien le pidió un favor. No era el primero, quién sabe si fue el último, pero como a tantos otros que se cruzaron en la vida del polémico policía, no le salió bien. Aquella cita postrera fue también la última en la que el comisario sacó la grabadora a pasear. Ya llevaba un año sentado en Estremera cuando el inspector jefe que aquella tarde le confesó sus miserias ingresaba por esa cinta en prisión preventiva. Quizá cuando se acercó a él no sabía que Pepe, alias ‘Villano’, alias ‘Gran Grabador’, según a quien se pregunte, estaba en caída libre. Y eso que hacía sólo cuatro meses se había codeado con la que hoy es Fiscal General del Estado, Dolores Delgado, apreciando un «alto nivel de complicidad».
ABC ha tenido acceso a los diarios y cuadernos de anotaciones del comisario que le fueron intervenidos en los registros de viviendas y oficinas tras su detención el 3 de noviembre de 2017. Es un archivo documental a base de libretas donde coexisten anotaciones a vuelapluma sobre proyectos como buscar «cosas chungas» de Luis del Rivero, constructor al que tenía encomendado hacer un traje; con reflexiones personales, listas de tareas, dibujos infantiles y hasta recetas de cocina. En ese universo, cobran valor los diarios personales del comisario, unas libretas de los años 2016 y 2017 donde siguiendo siempre el mismo esquema –fecha en la esquina superior derecha, nombre en mayúscula y comentario–, Villarejo no sólo anotaba su agenda del día sino también sus conclusiones tras llamadas o gestiones, lo que le contaban y él contaba a unos y otros, la impresión que le causaba la gente y hasta sus sentimientos. «Murió el domingo. Entrañable escabeche. Le echaré de menos», llegó a escribir. Al margen de los indicios delictivos y de contenidos expurgados, con perspectiva esos cuadernillos ofrecen el relato de la caída en desgracia del intocable por excelencia. También de lo que maniobró para impedirlo.
El nivel del agua
Es 2015 y Villarejo, por primera vez en 30 años, ya no vive entre las sombras. Su patrimonio está en la prensa, como también su cara sin carpeta que la cubra. Aunque consiguió salir airoso
de una investigación interna y hasta el respaldo público del entonces ministro del Interior, el agua empezó a filtrar por todas partes. En la Dirección Adjunta Operativa de la Policía donde se venía desempeñando como liberado, sin mesa ni despacho, un informe de inteligencia financiera lleva su nombre. El 7 de junio de 2016 anota una llamada de muchas al secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, ‘Chisco’: «Charla muy cordial con él. Avisando de los nuevos intentos para presentar mi info del Sepblac en Fiscalía».
En paralelo, en Madrid el juez Arturo Zamarriego investiga el caso conocido como Pequeño Nicolás y Asuntos Internos se fija en él. Página tras página se registran anotaciones sobre este asunto. Apuntó, por ejemplo, llamadas del DAO Eugenio Pino: «Quiere ir a por todas contra Zamarriego» y «a muerte contra los investigadores». Reflejó la preocupación del secretario de Estado al respecto, como también que el comisario Enrique García Castaño mediaba con un juez amigo. Un apunte de junio de 2016 como resúmen: «Zamarriego. Se abre la pieza separada del sumario secreto de Nicolás. Pedirá mi detención y de Gemma (mujer de Villarejo)». Era cierto, como también que él no debía saberlo. El caso Pinto, el pendrive de los Pujol, la causa del BPA en Andorra, la Operación Cataluña… Hay historias tras cada anotación, incluso cuando apunta que ha «dado largas» a un interlocutor.
Todos los amigos de «Uve»
Pero un día da para mucho en la agenda de Villarejo y durante 2016 y el primer tercio del 17, abundan los nombres anotados en mayúscula. Muchos reniegan ahora de aquella relación, pero no se puede olvidar que el comisario en esos años estaba salpicado en todo e implicado en nada. Archicondecora-do. Fuente informativa de primer nivel, como su listín de teléfonos. No constan restaurantes de menos de 40 euros el cubierto. Y no comía solo.
Hay quien al renegar, asegura que Villarejo mentía incluso cuando hablaba consigo mismo. ABC ha contrastado la veracidad de buen número de las citas que consignó, bien con sus protagonistas, bien con los audios del sumario. De algunas no hay más rastro que la previsión, como la comida con Dolores Delgado, el exmagistrado Baltasar Garzón y el juez Fernando Andreu que, según anotó, tendría lugar el 24 de mayo de 2017. En la cuartilla de ese día no hay comentarios, como sí los hay relativos a otro encuentro que planificó para el 4 de julio, a cuatro meses de su detención. De Delgado, a quien se refiere como «Lola», apuntó: «Muy decidida a que le de datos sobre terrorismo. Alto nivel de complici», se entiende, ‘complicidad’. Era la fiscal de la Audiencia Nacional especialista en esos temas y no se veían por primera vez. Los audios de otra comida en 2009 le valieron su reprobación como ministra de Justicia cuando vieron la luz en 2018 por su forma de referirse a Fernando GrandeMarlaska: «Un maricón».
La sombra de Kitchen
Pero sin audios, una cosa es lo que se hablara en los encuentros y otra, lo que Villarejo interpretó. Es ahí donde empiezan los grises que se van despejando a golpe de instrucción judicial, como en la operación Kitchen. Hay un apunte intrigante. En 2016 se supone que el espionaje al extesorero del PP había cesado, pero ahí está la libreta: «Hotel Rejon. 606 XXX XXX, Luis Bárcenas. Usa este Nº para ciertos contactos». Ya en 2017, escribió que García Castaño tenía «datos brutales de la operación COCIN», el otro nombre de la trama. «Tiene copia charla entre LB y RAJ. También con AREN», anotó el 15 de febrero del 17, en alusión al extesorero, a Mariano
Rajoy y a Javier Arenas. García Castaño siempre ha negado que conservase nada. Es zona gris.
Dos personas salpicadas por Kitchen, que no imputadas, son la ex secretaria general del PP María Dolores de Cospedal, a quien se refiere como MD, y su marido, Ignacio López del Hierro (ILH). Ya consta en autos que con el segundo mantenía relación y la agenda está plagada de citas. En diciembre de 2016 el comisario apunta: «Estuvo muy cercano. Fue él quien se acercó. Propuso empezar a hacer negocios a partir de Febrero». Él le habría introducido a Cospedal, con quien anotó haber pactado una cita que luego ella, con un intermediario y en clave, habría aplazado. «Ortiz. J Luis. Llamó en nombre de MD para cambiar de sitio la cita. Mandó mensaje ‘soy tu primo, necesito hablar contigo’». Acabaría usando a su marido como una especie de intermediario. «IHL: Dice que la Cospe llamó ayer a Zoido y le abroncó por el trato hacia mi». «ILH: ‘Avisado de que el PP debe estar al margen. Entiende el tema y pasa el mensaje’», son algunas de las reseñas. Esta última es del 19 de junio de 2017. El comisario andaba avisando de que daría una entrevista en televisión. Tras la emisión, recogió reacciones, como que ‘Chisco’ estaba ‘tranquilo’ o que echaba en falta alguna llamada.
Tenían relación fluida, si bien hay más anotaciones con personas como un tal Salas, el empresario Adrián de la Joya, el expolicía Antonio Giménez Raso, el abogado Javier Iglesias o el comisario que fue jefe de UDEF, José Luis Olivera, además de los mencionados Pino y García Castaño, de los que acabó renegando, como dudaba en general de todos los demás. Por el camino, ‘clientes’ ya imputados y otros por desentrañar, muchos periodistas, Corinna Larsen –transcribió dos mensajes con un ‘gracias’ en Inglés– y oscuras conspiraciones para destruir a enemigos como el fiscal Anticorrupción José Grinda –«BG me ha pedido todo el material»–, o Martín Blas.
La agenda fue adelgazando y las abarrotadas páginas de 2016, tras el verano del 17, ya no lo estaban tanto. «Mandado wass (whatsapp) a todo el mundo. Contestan muy pocos», anotó a dos semanas de su detención. La víspera, 2 de noviembre, cuatro citas, incluido aquel inspector. Si lo veía venir, no lo apuntó en el diario. La caída del intocable es aún una página en blanco.
Corinna Larsen
Villarejo anotó en su libreta dos mensajes de agradecimiento que ella le envió: «Thank you»
La caída
A dos semanas de su detención: «Mando wass a todo el mundo. Contestan muy pocos»