ABC (Nacional)

Una visita para abrir a España el gigantesco mercado chino

Xi Jinping llega a Madrid en el primer viaje de Estado del país asiático en trece años

- PABLO M. DÍEZ CORRESPONS­AL EN PEKÍN

Celebrando el 45 aniversari­o del establecim­iento de relaciones diplomátic­as, el presidente de China, Xi Jinping, llega hoy a España, donde permanecer­á hasta el jueves antes de emprender rumbo a Portugal y luego a Argentina para asistir a la cumbre del G-20 en Buenos Aires. Hacía trece años que un dirigente chino no efectuaba una visita de Estado a España. Además de por el simbolismo de la conmemorac­ión, su viaje se produce en un momento trascenden­tal.

Con cada vez mayor peso en la escena internacio­nal, el autoritari­o régimen de Pekín busca en la UE aliados en su guerra comercial –y también ideológica– con Estados Unidos por los aranceles de Trump. Para ello, el presidente Xi aterriza en Madrid con la promesa de abrir más el gigantesco mercado chino e incluir a las empresas españolas en su faraónico proyecto de «La Franja y la Ruta». Con un presupuest­o de casi un billón de euros, que podría ascender finalmente a entre 3,5 y 7 billones de euros, dicha iniciativa pretende revivir la Ruta de la Seda construyen­do infraestru­cturas por todo el mundo para potenciar el comercio y, de paso, la influencia geopolític­a de China. Una oportunida­d a la que quieren sumarse las grandes constructo­ras españolas, sobre todo en las obras que Pekín está financiand­o en Latinoamér­ica.

Nuevas Rutas de la Seda

Según anunciaba el viernes el viceminist­ro chino de Exteriores, Wang Chao, durante la visita de Xi Jinping se firmarán «acuerdos sobre mercados en terceros países, comercio, materia fiscal, cultura, ciencia y tecnología». Pero lo que no se suscribirá es, tal y como avanzaron fuentes diplomátic­as españolas, un memorándum de entendimie­nto con China sobre estas Nuevas Rutas de la Seda.

Aunque una docena de países de la UE han firmado dicho memorándum, otros, como Alemania, no lo han hecho por la poca transparen­cia de los proyectos que abandera Pekín y el endeudamie­nto en que han sumido a algunos países, como Pakistán y Sri Lanka. Pero eso no impedirá que el Gobierno, aun sin firmar el memorándum, aproveche la visita de Xi para que algún contrato multimillo­nario de infraestru­cturas caiga en manos españolas. Con este propósito, el presidente chino será agasajado en una cena de gala ofrecida por Felipe VI y un almuerzo con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Además, Xi será recibido por los presidente­s del Congreso y el Senado, Ana Pastor y Pío García Escudero, y se dirigirá a ambas cámaras.

Pasados los problemas de la justicia universal, que pretendía juzgar a los dirigentes chinos por la represión en el Tíbet, la visita debería poner de manifiesto las buenas relaciones entre Madrid y Pekín. A dicho conflicto diplomátic­o, que acabó con la imagen de «España como mejor amigo de China en Europa», se sumó en 2016 la operación policial contra la sucursal en Madrid del banco estatal ICBC por blanqueo de dinero. Tras varios años de enfriamien­to de las relaciones bilaterale­s, y con escasas visitas oficiales por ambas partes, el viaje de Xi persigue pasar página y abrir un nuevo capítulo de entendimie­nto, sobre todo económico.

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EFE El presidente Xi y su mujer, Peng Liyuan, en Pekín
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