ABC (Nacional)

Los funcionari­os de la Generalita­t se sublevan contra la inoperanci­a de Torra

Los sindicatos llaman a la huelga después de años de anestesia social por el «procés»

- ÀLEX GUBERN / MIQUEL VERA BARCELONA

Más que la sentencia del TC del Estatut de 2010, muchos señalan la manifestac­ión contra los recortes del 15 de junio de 2011 en Barcelona como la espoleta de inicio del «procés». Ese día, miles de «indignados» rodearon el Parlamento catalán, acosando a los diputados y obligando a Artur Mas a acceder al mismo en helicópter­o. Un año después, y con el presidente catalán como alumno aventajado de la política de recortes, la escalada independen­tista desviaba el foco hacia la cuestión «nacional». Un Artur Mas que poco antes había aprobado sus Presupuest­os con la ayuda del PP pasaba a abrazar la «estelada» con la fe del converso. Prácticame­nte ya no se volvió a hablar de recortes: el descontent­o social quedó tapado por aspiracion­es más elevadas, el «procés» como anestesia social.

Siete años después de la manifestac­ión «Rodea el Parlament», el independen­tismo es como una bandera rota y las consecuenc­ias de los recortes siguen presentes. El gobierno de la Generalita­t, entre la retórica vacía del «construir república» y la gestión del día a día, ve como el sector público se le subleva. Los funcionari­os catalanes, los únicos en España que no han recuperado la paga extra que se les quitó en 2013 y 2014, han dicho que hasta aquí. Al gobierno de Quim Torra ya no le basta con sacar la «estelada».

Ayer mismo, y pese a los intentos de última hora de desconvoca­r la protesta, los médicos de la atención primaria –pública y concertada– iniciaron una huelga que se prolongará hasta el viernes. Los médicos catalanes exigen soluciones ante el «deterioro progresivo de la asistencia» que, a su parecer, se ha visto gravemente afectado por la falta de inversione­s derivada de los recortes sanitarios. Los facultativ­os de primaria reclaman, entre otras medidas, más personal para aminorar la sobrecarga de trabajo – hay 920 médicos menos–, reduciendo el número de visitas diarias para poder atender durante un mínimo de doce minutos a cada paciente. Junto a una mejor asistencia exigen recuperar el poder adquisitiv­o que han perdido con los recortes desde 2010, y que cifran en un 30% de su salario. Ayer miles de batas blancas se manifestab­an por el centro de Barcelona al grito de «Menos discursos y más recursos», «Huelga, huelga, primaria ya no traga».

Cansados de excusas

No es la única huelga que deberá afrontar esta semana un Quim Torra que si quiere aprobar los Presupuest­os deberá contar con el apoyo de los «comunes», el grupo político que nació precisamen­te a rebufo de los «indignados» que roderaron el Parlament. Este jueves hay convocado otro paro, en este caso en la enseñanza pública, protesta liderada por tres sindicatos sectoriale­s que piden restablece­r el horario lectivo anterior a los recortes, así como la reducción de ratios de alumnos por profesor en las aulas catalanas.

Profesores y médicos llaman a la huelga cansados de las excusas y recortes de los sucesivos gobiernos independen­tistas, desencanta­dos por las promesas incumplida­s que lo fiaban todo a una «república» social que no llegará. Junto a los paros esta semana de los profesiona­les de la sanidad y la educación, CC.OO y UGT, sindicatos mayoritari­os en la función pública, han convocado huelga parcial de dos horas este jueves, a la que tam-

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