La Policía de Dubái prueba su nueva «moto» voladora
La Hoverbike S3, que podría patrullar en 2020, permitirá llegar a zonas de difícil acceso
a Policía de Dubái no tiene precisamente un problema con su parque móvil. En los garajes del cuerpo policial mejor dotado del planeta se acumulan deportivos de la talla del Bugatti Veyron, el Ferrari FF o el Lamborghini Aventador. Estos superdeportivos, que figuran en el listado de los coches más rápidos del mundo, tendrán ahora un nuevo compañero de patrulla: una motocicleta... capaz de volar.
Desarrollada por la empresa californiana Hoversurf, la Hoverbike S3 puede alcanzar una velocidad de 96 kilómetros por hora. Sus cuatro rotores ofrecen un empuje de 364 kilogramos, para un peso de apenas 114, lo que augura una experiencia emocionante para los policías dubaitíes encargados de evaluar su operatividad.
«Se trata de una unidad de respuesta rápida para alcanzar áreas de difícil acceso», explica Khalid Nasser Alrazooqui, director del departamento de Inteligencia Artificial y Soluciones Inteligentes del cuerpo. La aeromoto, cuya apariencia es la de un dron de gran tamaño, puede también funcionar mediante radiocontrol, y es capaz de despegar y aterrizar en el espacio de una plaza de aparcamiento estándar.
LHerramienta de marketing
Alrazooqui, responsable de otros vistosos proyectos, como la utilización de robots policiales capaces de identifica sospechosos, recoger pruebas y vigilar las calles, prevé que la «moto» voladora pueda patrullar de forma efectiva las calles de la capital del Emirato a partir del año 2020. «Ya tenemos dos tripulaciones probándola, y estamos Dos tripulaciones del cuerpo policial ya prueban la «aeromoto» incrementando su número», aseguró a la cadena norteamericana CNN.
Los expertos, sin embargo, dudan de su capacidad real para satisfacer las necesidades del cuerpo policial. Aunque Hoversurf asegura que la S3 incorpora una novedosa batería de magnesio y niquel «de razonable capacidad» (12,3 kWh), la autonomía en modo dron apenas alcanza los 40 minutos. Con un tripulante, cae hasta solo 15. «Si se tienen en cuenta los tiempos necesarios para las comprobaciones de seguridad, apenas basta para hacerte la foto y poco más», explica José Antonio Álvarez, secretario general de la asociación Droneiberia, que cree que se trata más de una herramienta de marketing que de un vehículo con utilidad real.
Aunque la unidad con la que ya practica la Policía ha sido un regalo de la empresa, el coste unitario asciende a 150.000 dólares. Ello, sumado a lo restrictivo de la legislación, hace imposible que la moto voladora pueda llegar en los próximos años a patrullar los cielos de alguna ciudad europea, o española. «Lo veo imposible», cree Álvarez. «Solo la veremos en un circuito cerrado».
«Los principios de la revolución se han materializado en mi persona. El gobierno actual es representante del pueblo soberano»
omo ocurría con aquel rey que creía ir vestido de una tela que no podían ver los tontos, al Estado de Partidos no le perjudican nada las opiniones técnicas ni las comparaciones pedantes de sus cortesanos: su prestigio, y el de su pretendida vestimenta, sólo puede verse arruinado por la risa de un chicote que denuncie su total y ridícula desnudez. Y eso ha venido a hacer, con su brutalidad animal, Pedro Sánchez, al corregir al Supremo:
–Habló el poder judicial y ahora habla el ejecutivo.
El judicial no es un poder, pero estos «piernas» hablan de poder judicial para distraer la atención del verdadero truco, que es que aquí, de Rumasa a las hipotecas, no hay más poderes que el ejecutivo ni más leyes que el consenso.
–Por lo que se refiere al equilibrio de poderes, hemos podido ser víctimas de su prestigio, pero ahora, ¿qué nos importan las combinaciones que contrarrestan la autoridad de los tiranos? Ése fue el discurso de Robespierre, ídolo del rastacueros de La Navata, al quitarse la careta ante la Convención en mayo del 93.
Sánchez es una trapisonda andante que un día, pasando por la plaza de Ópera con su Peugeot 205 oyó el «¡Tú serás rey!» de Macbeth… y se quedó con la copla. No le costó mucho hacerse con el partido fundado por un tipo que defendió en el Parlamento la licitud del atentado personal contra un gobernante conservador. Y menos todavía le costó hacerse con el Estado, pues en el Estado de Partidos el partido, que tiene el poder, es una facción del Estado, que sólo es su instrumento. Por eso Lastra manda más que Marlasca. (Hannah Arendt recuerda en «Los orígenes del Totalitarismo» que en Alemania Himmler mandaba más que Frick). Por eso Sánchez, que perdió las elecciones, es presidente del Gobierno y puede hacer suyas las palabras de Bonaparte:
–La revolución ha concluido: sus principios se han materializado en mi persona. El gobierno actual es representante del pueblo soberano. No puede haber oposición al soberano.
Él el Supremo.
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