Tras quemara sus hijos en su finca, fue a un parquey, desde allí, denunció que habían desaparecido.
54 | a los que no dejaba jugar en el suelo, ni dar besos, ni que nadie los tocase...
En septiembre de 2011 Ruth ya no pudo más y decidió separarse. Dejó el domicilio conyugal y se trasladó a vivir a Huelva cerca de su familia. Por fin, poco a poco, empezaba a abrir los ojos a todo lo que había estado viviendo durante aquellos años. Por eso no cedió a ninguno de los chantajes emocionales que el inteligente José intentó hacerle durante ese tiempo. Por esa razón cuando, un mes después, José, de paso que iba a recoger a los niños para pasar con ellos el fin de semana, le llevó flores y una carta, Ruth decidió no leerla. Ya sabía lo que pondría. Las mentiras de siempre. la abuela materna, la persona que le entregaba los niños a José, por su parte, le llamó la atención que su yerno pusiese la maleta en el asiento del copiloto, en vez de en el maletero, como tantas otras veces. Nadie podía imaginar que allí llevaba las garrafas de combustible que había comprado esa misma mañana antes de recoger a los pequeños. Era el 7 de octubre del año 2011.
Al volver a Córdoba, José dejó a los pequeños en casa de su hermana mientras él se dirigía a una finca propiedad de su familia para preparar su macabro plan, que ya había comenzado a urdir días antes. El 29 de septiembre había conseguido hacerse con dos cajas de Orfidal y Motivan, un antidepresivo y un ansiolítico, con la intención de dormir