Jácome fabrica un complot contra él para no hablar de sus audios
▶No comenta las conversaciones en las que habla de blanqueo y dinero negro por estar «manipuladas» ▶Atribuye a la animadversión de dos medios la publicación de los audios y convierte el 28M «en un plebiscito»
El mismo día en el que la Fiscalía de Orense decidía abrir diligencias para responder a la denuncia del PSOE contra Gonzalo Pérez Jácome por los comprometedores audios en los que aparece dando instrucciones sobre cómo gestionar supuestas cantidades entregadas por empresas para financiar su campaña electoral, el alcalde de la tercera ciudad de Galicia compareció ante los medios para todo lo contrario: generar ruido, toneladas de ruido, para no ir al fondo del asunto.
El regidor orensano convocó una rueda de prensa para teóricamente explicar el contenido de las conversaciones en las que aparece comentando presuntos cobros de empresas con los que financiar a su partido, pero en realidad se dedicó a atacar al mensajero: criticó a los medios de comunicación que han publicado los audios comprometedores, dio lecciones de periodismo, se escudó en que las conversaciones han sido «manipuladas» –aunque no presentó una sola prueba–, que «carecen de validez judicial» y se envolvió en la bandera del victimismo para compararse incluso con el ‘Watergate’. Jácome tuvo tiempo para contar un chiste de Eugenio, para calcular que deben existir «60.000 minutos» de conversaciones que –según él– se han grabado en las dependencias de alcaldía y «son ilegales», y que esas conversaciones siguen «la táctica del demonio», en las que «se mezclan verdades con mentiras». Pero comentar el contenido de los audios, ni por asomo. «No tengo que comentar ninguno, no tengo que contestar ninguno».
En una semana en la que se ha escuchado al alcalde de Orense hablar de dinero negro, de quedarse con dinero de una subvención, de pedir dinero para la campaña que se esfumaría «si no se lleva la concesión», de blanquear cantidades a través de donaciones a su partido, su respuesta fue cargar con dureza contra La Región, La Voz de Galicia y la empresa Copasa. «Somos los que hemos acabado con la corrupción», reiteró con desparpajo, «no se puede probar nada contra mí».
El regidor intentó justificar la publicación de los audios con la animadversión que estos dos medios de comunicación tendrían hacia él por haberles limitado la inversión publicitaria desde el ayuntamiento. «¿Qué fiabilidad tiene cuando mi enemigo presenta las pruebas y las custodia?», se preguntó, esquivando lo que claramente se le escucha decir en los audios. «La esencia es todo mentira, los mensajes están tergiversados». ¿Pero qué parte era verdad y cuál era falsa? No hizo el más mínimo intento por aclararlo.
Jácome elucubró con el hecho de que hubo un «espionaje ilegal» en el despacho de alcaldía, con un micrófono «que habría costado 200.000 o 300.000 euros», y que habría grabado «60.000 minutos», según su propia estimación, «pero pueden ser 120.000». «De 60.000 minutos lo han reducido a 20 minutos», «todos manipulados y alterados, por eso ningún juez les va a dar validez». Llegó hasta el punto de, en mitad de la rueda de prensa, mostrar cómo él mismo grababa un audio y lo manipulaba. «No hay ningún audio original, todos manipulados», insistió como mantra una y otra vez, retando incluso a estas cabeceras a publicar los originales. «Ojalá lo hagan».
La teoría del alcalde es que dichas grabaciones responden a una «campaña de derribo» contra su partido por parte de estos medios, los partidos políticos y empresas de servicios ante los sondeos que –según Jácome– darían casi mayoría absoluta a su partido. «El problema se llama Democracia Ourensana y el candidato que soy yo: Gonzalo Pérez Jácome. Lo que impide que La Región y Copasa se adueñen del dinero público de Orense es Gonzalo Jácome», resumió ufano.
«Esto se ha convertido en un plebiscito entre Democracia Ourensana y la mafia», como se ha referido a los medios que han publicado sus audios, donde se debe elegir entre «los que vienen por su dinero o los que estamos cambiando y salvando Orense». Al final de su intervención, de aproximadamente una hora, recibió los aplausos de sus concejales y asesores, aquellos que le deben su empleo y sueldo. «Gracias a Dios, la mayoría de la gente está con nosotros, y la gente se va a poner más de nuestro lado, y vamos a arrasar en las elecciones», vaticinó.
«Una de las pruebas por las que somos los más legales con diferencia es que hemos intentando sacar obras para la ciudad con proyectos estrella como el bono comercio. (...) Si hubiésemos venido a por pasta hubiésemos sacado las concesiones con la máxima celeridad», esgrimió Jácome; si hubiera «querido trincar» ya hubiesen sacado a concurso todas las concesiones.
Apenas dos horas después de la rocambolesca comparecencia de Jácome, la Fiscalía Superior de Galicia confirmaba que el ministerio público en la capital orensana decidía abrir dili
Gonzalo Pérez Jácome
gencias en respuesta a la denuncia presentada el martes por el PSOE local, motivada por los controvertidos audios difundidos por La Región. La Fiscalía también se ha dirigido a los juzgados de instrucción de la ciudad, para que notifiquen si tienen alguna denuncia por los mismos hechos.
En su escrito, los socialistas ponían en conocimiento del fiscal «actuaciones y procederes presuntamente delictivos a la par que inmorales». Del contenido de los audios que se han venido publicando se deducen, según el PSOE, «los elementos típicos de los delitos de prevaricación administrativa, tráfico de influencias, cohecho y malversación». El alcaldable socialista, Francisco Rodríguez, deslizó la idea de que puede tratarse «de una trama».
Si el martes fue el PSOE, ayer le tocó el turno al Bloque. El candidato nacionalista Luis Seara, acompañado por el diputado en el Congreso Néstor Rego, presentaron un escrito contra Jácome en la sede de la Fiscalía General del Estado por la presunta comisión de delitos de cohecho, financiación ilegal y blanqueo de capitales a raíz de las conversaciones difundidas por La Región. «El Concello no puede ser la cueva de Ali Babá», sintetizó Seara.