El G-7 denuncia la estrategia de China y Rusia contra las democracias
▶Primer encuentro presencial, en Londres, de las siete potencias más la UE. El presidente Biden vetó la posible invitación al ministro ruso
Por primera vez en dos años, los ministros de Exteriores del G-7 han podido reunirse cara a cara, esta vez en Londres, gracias a que la emergencia sanitaria provocada por la pandemia de Covid-19 se encuentra bajo control en Reino Unido, con más de la mitad de la población vacunada y los casos diarios en mínimos. Así, este es el primer encuentro diplomático que se celebra de modo presencial desde el inicio del brote. Los ministros de Exteriores se vieron por última vez en el 2019, en un mundo muy distinto al actual, aunque a la pandemia se le siguen sumando los desafíos geopolíticos que ya se arrastraban desde antes, como las complejas relaciones con Rusia, Irán y China y que, como apuntan fuentes del ministerio de Exteriores, «amenazan con socavar la democracia, las libertades y los derechos humanos», como la violencia en Etiopía, la enquistada guerra de Siria, la amenaza constante del terrorismo, el cambio climático o la crisis en Birmania.
Una de las prioridades durante las conversaciones, que se extenderán hasta el jueves y que están dirigidas por el británico Dominic Raab, ya que Reino Unido ostenta actualmente la presidencia del grupo, es encontrar el equilibro entre imponerse a las amenazas de países como Rusia o China, aunque sin cerrar a la vez las puertas al mercado del gigante del asiático, fundamental para la economía de Occidente.
Antony Blinken, el secretario de Estado de Estados Unidos, y Raab pidieron «una alianza revitalizada» de las naciones del G-7, que sea capaz de «defender las sociedades abiertas y el orden basado en reglas», ya que, en palabras del británico, hay «una demanda creciente de un grupo ágil de países que compartan los mismos valores». «Lo que estamos tratando de hacer es mantener el orden internacional basado en reglas en el que nuestros países han invertido tanto», afirmó por su parte Antony Blinken, que aprovechó para mencionar que Estados Unidos «no tiene un aliado más cercano, ningún socio más cercano» que Gran Bretaña. «Estamos conectados por lazos de amistad, familia, historia, valores y sacrificio compartido», declaró, y afianzó su compromiso con el objetivo de proteger una alianza de naciones democráticas que pueda hacer frente a los abusos de las autocracias.
Compartir amenazas
El G-7 está formado por el Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y la Unión Europea, pero en algunas de las reuniones participarán como invitados los ministros de Corea del Sur, Australia, India y Sudáfrica, cuya presencia «refleja la creciente importancia de la región del Indo-Pacífico para el G-7», declaró Raab, quien destacó la importancia de construir «lazos comerciales más fuertes, garantizar la estabilidad y abordar el cambio climático» en la zona.
«La presidencia británica del G7 es una oportunidad para unir sociedades abiertas y democráticas y mostrar unidad en un momento en el que es muy necesario abordar los desafíos compartidos y las crecientes amenazas», aseguró el ministro británico, que este miércoles instará a los miembros del grupo a tomar medidas más contundentes contra la junta militar en Birmania, entre las que se incluyen ampliar las sanciones selectivas contra personas y entidades vinculadas a la junta; apoyar los embargos de armas y aumentar la asistencia humanitaria para las personas más vulnerables.
Este martes, los representantes diplomáticos discutieron también sobre la situación en Libia, además de lo que acontece en Somalia, el Sahel y los Balcanes.
Otro punto importante es Rusia, específicamente la concentración de tropas en la frontera con Ucrania así como el envenenamiento y posterior encarcelamiento del opositor Alexei