Tras una semana en huelga de hambre y sed la salud de Otero Alcántara preocupa. «Se nos muere», alertan desde las redes sociales
bana. Mientras arrestaban frente a él a varios activistas que exigían ver a Otero Alcántara y protestaban contra la dictadura, Negrín sostenía un cartel en el que se podía leer: ‘Socialismo sí, represión no’. Para muchos, el hecho de que un partidario del socialismo –el régimen que domina Cuba desde hace más de seis décadas– haya apoyado las protestas muestra el clima de tensión social y los cambios que se están generando y exigiendo en la isla.
Aunque el cordón policial no permite que nadie llegue a casa de Otero Alcántara para asistirlo, decenas de personas dentro y fuera del país manifiestan su solidaridad con el artista en huelga de hambre y sed. Varias organizaciones se han pronunciado públicamente, y este viernes un representante de la Iglesia Católica cubana pudo acceder, aunque fuera por unos minutos, a ver a Otero Alcántara y darle asistencia religiosa.
Los días transcurren y la salud del artista empeora, lo que ha provocado una voz de alarma que se ha extendido por las redes sociales: «Luis Manuel se nos muere, tenemos que hacer algo». Ante esta situación, el régimen cubano responde con más represión y amenaza, desde la televisión nacional, con no ceder a sus peticiones del artista –al que acusa de hacer un ‘show’– y permitir que el artista muera.
Origen del 27-N
Esta no es la primera ocasión en que Otero Alcántara protagoniza una huelga de hambre y sed. En noviembre de 2020, el artista y alrededor de una docena de activistas desarrollaron una huelga durante varios días. Entre sus demandas se encontraba la liberación del rapero Denis Solis, arbitrariamente detenido días antes, el cese de la represión y el cierre de las tiendas en dólares.
La respuesta de las autoridades cubanas fue el desalojo forzoso del lugar en que se hallaban acuartelados argumentando una supuesta «propagación de epidemias» de la Covid-19. El suceso generó lo que se ha considerado como la mayor manifestación espontánea en los últimos 61 años en Cuba: varios centenares de artistas, intelectuales y ciudadanos se congregaron el 27 de noviembre frente al Ministerio de Cultura, en La Habana, para exigir libertades cívicas. El movimiento que nació aquella noche fue bautizado con el nombre de 27-N y, desde entonces, continúan abogando por sus derechos. Desde entonces, el Gobierno cubano ha recrudecido la represión contra ellos y los medios oficiales han desatado una campaña mediática de linchamiento y criminalización que no ha cesado.