Jácome, en guerra con sus funcionarios
El alcalde de Orense, acorralado, carga contra los empleados del consistorio: implantará un control en los horarios para «que sea más difícil escaquearse»
El alcalde de Orense, Gonzalo Pérez Jácome, vuelve a sumar una nueva polémica, en esta ocasión, contra sus propios trabajadores municipales, tras acusarles de no estar a la hora en su puesto de trabajo. Todo ello, en medio de una evidente falta de gestión por parte del alcalde, que permanece atrincherado en la Alcaldía, sin apoyos y sin presentar un solo proyecto para la ciudad. El último capítulo tuvo lugar este mismo martes. El propio Jácome, reloj en mano, decidió presentarse, a las 8:10 en un edificio del consistorio municipal con el fin de comprobar qué trabajadores entraba a su hora, es decir, a las ocho. En ese momento, saltó la sorpresa: no estaba ninguno de los diez trabajadores, ni siquiera la jefa de servicio. «Lo normal es que entres a las 8. Pues a las 8:10 estaba el edificio a oscuras», declaró el alcalde. El primero «llegó a las 8:25». La noticia acabaría haciéndose viral.
Poco después, el alcalde, conocido por sus controvertidas manifestaciones tanto en cadenas nacionales como en sus redes sociales, decidía enviar un comunicado en el que anunciaba que va a implantar a partir de mayo un sistema de control telemático en el ayuntamiento sobre el cumplimiento en los horarios de los funcionarios que haga que sea «más difícil escaquearse». En paralelo, avanzó posibles expedientes disciplinarios a todos los trabajadores a los que descubrió llegando tarde. La medida, que ha suscitado en las redes sociales tanto aplausos como críticas, es defendida por el regidor: «A la única persona que le puede molestar que se haga un control horario es al que incumple». Todo ello, en medio de la evidente incapacidad de presentar proyectos viables para la ciudad. Desde su llegada a la alcaldía, la carrera política de Jácome parece sustentarse únicamente en los continuos desmanes hacia la administración, los trabajadores o la excesiva burocracia, con un discurso basado en la crítica a la administración y la burocracia. Esta cualidad que le haría ascender en la endogámica política orensana y llegar a alcalde. No obstante, este hecho le ha hecho ganarse la antipatía de gran parte de la plantilla de la administración. Esta última acusación contra una parte de los trabajadores se suma a una larga lista de improperios por parte del regidor, que amenaza de nuevo con romper la frágil coexistencia dentro del consistorio. Este mismo alcalde es la misma persona que denunció al poco de llegar a la Alcaldía la existencia de «manzanas podridas» y «mafia policial» dentro de su propia plantilla laboral. Este último capítulo también versa sobre esto. Posible absentismo laboral, por no cumplir el horario que no siempre ha cumplido.
Acorralado y con el único apoyo de dos concejales de los 27 que conforman la corporación, el regidor continúa sumando polémicas. Esta vez Jácome, ha optado por jactarse de que va a implantar un control horario para controlar a sus propios trabajadores, una medida ya ha sido cuestionada por las organizaciones sindicales que acusan al alcalde de buscar desviar la atención a su falta de gestión.
Ante el revuelo causado, los sindicatos ya han trasladado su evidente malestar hacia el extravagente regidor, que está enfrentado contra todos: grupos de la oposición como cuatro concejales de su propio grupo político a los que tilda de traidores.
El sindicato CSIF, sindicato que ostenta la presidencia de la junta de personal, ha dejado claro que usará «todas las armas legales» a su alcance para garantizar que se cumple la legalidad en el consistorio ante la posible existencia de «delitos de prevaricación, desviación de poder o contratación ilegal de trabajadores».
«Es lo que hay. Aquí se sigue tomando el pelo del personal, hace lo que quiere, falta el respeto a todo el mundo. Ante la carencia de ideas y soluciones a los problemas de la ciudadanía lo paga con los trabajadores», comenta el presidente del comité de empresa, José Manuel Rodríguez.
Horas extra
CSIF reivindica que los trabajadores sí cumplen con su horario laboral e incluso advierte de que alguno lleva más de dos años esperando para cobrar las horas extraordinarias realizadas (tales como brigadas de ingeniería, bomberos, alguaciles y personal de cultura). Exactamente, lo mismo sucede con los complementos salariales que fueron ratificados en sentencia judicial. Por el momento, las organizaciones sindicales coinciden en la «incapacidad» manifiesta del gobierno de Orense de estructurar la plantilla de personal así como el constante traslado «indiscriminado» de personal y el desmantelamiento de algunas concejalías como es el caso de Xuventude e Voluntariado y Cultura.
Manuel Pérez, de Comisiones Obreras, ha trasladado «el enfado» que existe entre los trabajadores por las continuas «faltas de respeto» de Jácome
hacia la plantilla, no sólo tras este último desplante. Este sindicato denuncia que el alcalde ya «ha atacado» a todas las áreas del ayuntamiento. De hecho, en la última encuesta realizada por Comisiones a los cerca de doscientos trabajadores del consistorio y Consello Municipal de Deportes, más del 68 por ciento de la plantilla muestra su rechazo a las faltas de respeto de Jácome y otro treinta por ciento dice que le parece mal las declaraciones. Por este motivo, este sindicato prevé reunirse la próxima semana con él para trasladarle su «descontento» con las últimas actuaciones llevadas a cabo por el equipo de gobierno en el ayuntamiento.
Cierres y traslados
Los sindicatos critican el continuo cierre de servicios así como el traslado de compañeros sin comunicárselo previamente a los propios trabajadores. Por otro lado, responsabilizan a Jácome de la falta de organización tras recordar que en el ayuntamiento de Orense «no está establecido ningún mecanismo» para organizar la jornada laboral como ocurre en otras administraciones. Por este motivo, Comisiones emplaza al gobierno a llevar todas estas cuestiones a la mesa de negociación para poder llegar a acuerdos en vez de intentar «desprestigiar» a los trabajadores con cuestiones que lo único que hacen es crear «enfrentamientos»con la ciudadanía.