Numerio Negídiez, o cómo vivir del cuento
Con su personaje de Numerio Negídiez, Pere Branchfield, profesor del EAE experto en morosidad, y el ilustrador Alberta Pallarés ponen luz y humor sobre la figura en la sombra del moroso profesional
En palabras de Branchfield, pueden llegar a « comprar la identidad de un falso administrador » , e incluso, de sociedades con mucha antigüedad para darse « una pátina de respetabilidad y engañar a los proveedores dos o tres años » . Como explica Sanz , los testaferros «otorgan un poder mercantil a favor del estafador, que aparece como un mero apoderado » .
Ilocalizables
En este línea, Enrique Hormigo, presidente de la Asociación Profesional de Detectives de España ( APDPE) constata las dificultades para localizar a este tipo de personas: « No viven en el domicilio que dicen, el titular de la empresa no aparece; los vecinos no le hablan o tiene a su personal domesticado » . En su opinión, la clave está en ver la solvencia de la persona: « Hacemos un seguimiento en redes o informático e intentamos llegar a conocer a las personas que tienen como clientes, para ver si tienen o no deudas con ellas » , explica sobre unas investigaciones que suelen contratar principalmente autónomos y que pueden llegar a costar 2.000 euros.
Por su parte, fuentes del « Defensor del Moroso» advierten que «en los registros de morosidad estamos la mitad de los españoles» y que basta con no reconocer durante tres meses un recargo de nuestra compañía de telefonía para entrear. En este sentido, desde este bufete, recomiendan denunciarlo ante la Agencia de Protección de Datos y lamentan «la falta de una legislación clara y rotunda » . En opinión, del profesor Sanz (Esade) «la legislación no sabe distinguir entre el moroso de buena fe y el profesional» y muestra su seguridad en que la banca al primero « le busca soluciones como pagos parciales».