ABC (Córdoba)

La izquierda e Isabel la Católica

MARTÍNEZ HOYOS Margarita Robles ha recibido toda clase de palos por decir que la soberana era socialista. Las críticas me parecen dogmáticas e inconsecue­ntes

- POR FRANCISCO FRANCISCO MARTÍNEZ HOYOS

Dcuando en cuando, los desocupado­s se unen en las redes sociales para linchar a quien no sigue su particular versión de la ortodoxia. Una de las últimas víctimas, Margarita Robles, ha recibido toda clase de palos por decir que Isabel la Católica era «socialista». Esto, por lo que parece, constituye un gran pecado. Aunque estoy de acuerdo en que la soberana no lo fue, no encuentro justo sacar las antorchas contra la dirigente del PSOE. Las críticas que ha recibido me parecen dogmáticas e inconsecue­ntes.

Lo de Margarita Robles sería ignorancia o presentism­o. En cambio, sostener que los comuneros eran republican­os significa el colmo del rigor histórico. Padilla, Bravo y Maldonado, como es obvio, querían una monarquía no absolutist­a, pero no tenían ninguna intención de imaginar un mundo sin rey. Eso no ha impedido, sin embargo, que en ocasiones se les retrate casi como si fueran Iglesias, Echenique y Monedero. El presentism­o, en suma, vendría a ser un pecado bastante transversa­l. Cada cual es crítico solo con los otros, con lo que no afecta a sus propias conviccion­es.

Lo cierto es que esta forma de aproximars­e al pasado, aunque académicam­ente cuestionab­le, resulta más habitual de lo que parece y tampoco hay que rasgarse por ello las vestiduras. Si Isabel la Católica no era «socialista» porque la faltaba mucho para que se inventara la palabra, tampoco se puede decir lo mismo de los incas, como hacía José Carlos Mariátegui, el gran pensador marxista peruano.

Ni sería correcto, entonces, creer que Jesucristo era obrero, tal como siguen haciendo tantos militantes cristianos de izquierdas. Si nos ponemos estrictos, la clase obrera es un producto de la revolución industrial. Antes existe siervos de la gleba, esclavos, lo que sea, pero no proletaria­do. Al final, el debate acaba reduciéndo­se a una pura cuestión terminológ­ica que desemboca el puro bizantinis­mo. Parece mentira, pero no vendría de más explicar el sentido de la expresión ‘avant la lettre’. Antes de que se acuñe el nombre para designar la cosa, la cosa puede existir. De ahí, que por ejemplo, se hable de nacionalca­tolicismo para periodos anteriores a la dictadura franquista.

La cuestión de fondo, en la polémica protagoniz­ada por Margarita Robles, es que muchos no entienden que a Isabel la Católica, una soberana a la que se identifica, sin más, con el franquismo, se la pueda definir como progresist­a. La izquierda, de esta manera, renuncia a hacer suyas algunas de las figuras más importante­s de la historia de España: Los Reyes Católicos, el Cid, Teresa de Jesús… Todos serían fachas. Pero… ¿Acaso no es esa otra forma de presentism­o?

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