La Moncloa minimiza el choque pese a la diatriba anti-PSOE de Podemos
Cree que se «cierra un ciclo» de tensiones entre ambas partes de la coalición
Tras una legislatura llena de tensiones y encontronazos con el socio minoritario de la coalición, Unidas Podemos, en el cuartel general de la Moncloa y Ferraz, la sede del PSOE, se respira cierto alivio después de la tensa sesión parlamentaria de ayer, y de la diatriba contra los socialistas con la que se despachó la ministra de Igualdad, Irene Montero. Fuentes de la parte socialista del Gobierno tratan de minimizar el choque. Aunque admiten lo desagradable del trance, y se duelen de la acusación de la ministra de Podemos de que los socialistas están provocando una «involución» en la agenda feminista, creen que ahora se «cierra un ciclo».
No en vano, la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual ya provocó el primer encontronazo de envergadura en 2020, nada más formarse el primer gobierno de coalición de la democracia, cuando el entonces vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, llegó a tildar de «machista frustrado» al entonces titular de Justicia, el socialista Juan Carlos Campo, por sus primeras objeciones a la reforma entonces en ciernes. Ahora, y después de un curso político marcado por el escándalo de las rebajas de condena y excarcelaciones fruto de la ley, tras su entrada en vigor el pasado mes de octubre, creen que los morados rebajarán el tono, si bien recuerdan que como es palmario sus cuitas no son únicamente con ellos, sino también con Yolanda Díaz, a cuenta del desencuentro sobre si habrá o no acuerdo electoral entre Sumar y los de Ione Belarra.
Diferencias en campaña
En definitiva, en la parte socialista del Gobierno creen que todo obedece al clima de combate electoral de cara a las municipales y autonómicas del 28 de mayo, donde en algunos territorios, como Madrid, Podemos se juega mucho, dado que corre riesgo de desaparecer tanto de la comunidad como del Ayuntamiento de la capital, por la dura competencia en su espacio de Más Madrid.
Por otro lado, el clima de tensión ya no amenaza ninguna reforma importante, una vez encarrilada la ley de vivienda tras el acuerdo con ERC y Bildu, dos grupos que también votaron ayer en contra del ‘solo sí es sí’, y aprobada ya la reforma de las pensiones. Con esa agenda legislativa despejada, Sánchez podrá centrarse más en su agenda internacional, con el semestre europeo en el horizonte, y más a corto plazo con la entrevista con Joe Biden en la Casa Blanca el próximo 12 de mayo.