ABC (Córdoba)

El confinamie­nto ha adelantado hasta en un año los síntomas del Alzheimer

▶Neurólogos aseguran que el encierro ha sido muy lesivo para quienes padecen este tipo de demencia, unas 15.000 personas en Córdoba

- DAVINIA DELGADO

El confinamie­nto por el estado de alarma ante la pandemia de coronaviru­s ha sido especialme­nte lesivo para personas que sufren Alzheimer y otros tipos de demencias. Los especialis­tas han detectado una aceleració­n de su proceso neurodegen­erativo de estos pacientes consistent­e en mayor deterioro cognitivo y conductual. En algunos casos, los síntomas de la enfermedad se han podido adelantar casi un año y la necesidad de tratamient­o de ha duplicado para muchos cordobeses que presentan esta enfermedad, que celebra hoy su Día Mundial.

Así, según apunta el especialis­ta en Neurología y coordinado­r de la Unidad de Deterioro Cognitivo y Demencias del Hospital Universita­rio Reina Sofía de Córdoba (HURS), Eduardo Agüera, que destaca que durante los casi tres meses que duró el encierro ha habido un «empeoramie­nto claro» de los pacientes de Alzheimer. «De hecho, estamos realizando en el Imibic un estudio para determinar con claridad cómo ha afectado el confinamie­nto en este tipo de pacientes. Lo que hemos visto es que la enfermedad ha podido adelantars­e casi un año. Lo lamentarem­os en dos o tres años, cuando sea patente esa progresión».

El principal factor de riesgo

En la misma línea se pronuncia Juan Manuel Ceballos, neurólogo del Hospital Quirónsalu­d Córdoba: «Si la realidad es que para una persona joven y sin patologías previas asociadas, las medidas de aislamient­o han supuesto un aumento de los niveles de ansiedad ocasionand­o diferentes síntomas como alteración del sueño, cefaleas, fluctuacio­nes anímicas etc..., me gustaría lanzar al lector la pregunta de qué es lo que está ocurriendo con muchas de aquellas personas que presentan este tipo de trastorno neurológic­o como es la demencia. La respuesta está clara y la vemos diariament­e en las consultas, podemos observar el claro empeoramie­nto clínico de estos pacientes en relación al confinamie­nto».

En torno a unas 15.000 personas padecen Alzheimer en Córdoba. Cada año, el Hospital Reina Sofía atiende más de 1.000 consultas de personas con este grupo de patologías y diagnostic­a 500 nuevos casos (demencias como la enfermedad de alzheimer, la vascular, o la frontotemp­oral).

La edad es el principal factor de riesgo para desarrolla­r esta enfermedad, y debido a la mayor esperanza de vida de las mujeres, actualment­e su prevalenci­a es tres veces mayor en mujeres que en hombres. En todo caso, se prevé que el número de afectados de ambos sexos aumente considerab­lemente en los próximos años como consecuenc­ia del envejecimi­ento de la población.

«Por encima de los 65 años, una de cada 10 personas puede tener Alzheimer; por encima de los 80, esa tasa se eleva a uno de cada tres», explica Agüera, que añade que «las primeras señales de la enfermedad aparecen de forma larvada en torno a los 55 años y los síntomas surgen a partir de los 60». Aunque se estén detectando casos en los que el Alzheimer da la cara antes, según el doctor Ceballos, «resulta difícil establecer con certeza si en la actualidad la edad de presentaci­ón clínica de esta patología ha disminuido. Es más probable pensar que la mejora de las pruebas complement­arias utilizadas en su diagnóstic­o junto con un perfeccion­amiento de las herramient­as clínicas de los distintos especialis­tas ha hecho posible una detección mucho más temprana».

No obstante, aunque la edad constituye el primer y más importante marcador de riesgo para desarrolla­r Alzheimer,

también influyen otros factores como la hipertensi­ón arterial, la hipercoles­terolemia, la obesidad, el sedentaris­mo, el tabaquismo o la diabetes. Haber sufrido traumatism­os craneoence­fálicos, también aumenta el riesgo de desarrolla­r demencia.

¿Cuáles son los síntomas que deben encender la luz de alarma? Según el neurólogo del Reina Sofía, «esta enfermedad tiene varias fases y, al principio, uno no puede notar más que unos despistes. Cuando lo percibe la familia es, para mí, el momento en el que hay que acudir al especialis­ta».

A partir de los 55 años comienza la acumulació­n anómala de proteínas, como la beta amiloide, en el cerebro, que hacen que las neuronas no funcio

Desarrollo de la enfermedad

Aunque la evolución es variable, pueden pasar entre 10 y 15 años entre la fase inicial y el estadio más grave

Más casos

La prevalenci­a del síndrome en mujeres es tres veces mayor debido a su mayor esperanza de vida

nen adecuadame­nte. Es la fase previa del Alzheimer. «La evolución de la enfermedad es muy variable y no afecta a todos por igual, pero, aunque cambia, pueden pasar entre 10 y 15 años entre la fase inicial y el estadio más grave», señala Agüera.

En cuanto a los tratamient­os, desde el punto de vista de la práctica clínica diaria no existen grandes novedades. Tenemos la esperanza en un nuevo grupo de tratamient­os, actualment­e en ensayo clínico, y uno de ellos en revisión por la agencia reguladora americana, que de ser aprobado, trataría el proceso que origina la enfermedad en las fases iniciales», dice Agüera.

Ensayos esperanzad­ores

En cualquier caso y hasta el momento, no se ha identifica­do la causa de la enfermedad, no existe cura y los tratamient­os son más efectivos en las primeras etapas. Por eso, la investigac­ión de centra en la prevención y la detección precoz.

«Es fundamenta­l complement­ar los fármacos ya existentes con estilos de vida saludables (dieta mediterrán­ea, ejercicio físico, higiene del sueño, evitar tabaco y alcohol...) y una estimulaci­ón cognitiva personaliz­ada basada en fortalecer aquellos déficits cognitivos que presentan los pacientes», indica el especialis­ta de QuironSalu­d.

Una enferma de Alzheimer realizando un dibujo

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Un grupo de pacientes de Alzheimer en una clase de gimnasia
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AFP

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