ABC (Castilla y León)

«Si la mujer de Sánchez quiere trabajar, que lo haga con transparen­cia»

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familia y a mi entorno les merece la pena; pero yo sí sé que tengo una responsabi­lidad, que esa forma de intentar destruirte en lo personal, porque no pueden hacerlo desde las urnas, no puede ganar. Me aferro a otras cosas mucho mejores, como el centro de ELA que hemos abierto esta semana.

—Según Óscar Puente, Pedro Sánchez es el ‘puto amo’. ¿Qué le contestarí­a? —Este Gobierno demuestra, con ese nivel que tiene y la actitud de sus ministros, que no está a gobernar ni a gestionar problemas de España, que se van enquistand­o. Está para demostrar quién es el más chulo, el que más manda. Nos han demostrado que están por encima de la ley, de la Justicia y de todo contrapeso.

—Los días de reflexión de Sánchez comenzaron después de que el juez abriera diligencia­s sobre su mujer, ¿cómo lo interpretó?

—Todo lo que estamos viviendo es una estrategia para tapar la trama de Ábalos, Koldo, más las actividade­s del presidente, por las que sólo se les ha pedido explicacio­nes; pero sobre todo ha servido para pedirle permiso a la izquierda para cometer barbaridad­es aún mayores. Ahora van a ir con más fuerza si cabe contra el Consejo General del Poder Judicial, la independen­cia de jueces y fiscales, el Tribunal Supremo, y señalar a periodista­s y medios de comunicaci­ón. A través del sentimenta­lismo ramplón ha pedido más madera. —¿Ve necesario investigar las actividade­s de Begoña Gómez?

—Veo necesario entender por qué la mujer de Sánchez hace lo que nunca ha hecho la mujer de ningún presidente del Gobierno antes. No si tiene derecho a trabajar o no, sino si tiene algo que ver con su profesión, con su preparació­n académica, con los ámbitos de los que procedía, si está tomando decisiones impropias, si está haciendo negociacio­nes en nombre del Gobierno, con informació­n privilegia­da, llevando decisiones fundamenta­les a la mesa del Consejo de Ministros. Por qué su nombre siempre está relacionad­o con las partes más sórdidas de una trama de corrupción. ¿Alguien puede explicar qué está pasando? El presidente ha decidido no dar una sola explicació­n, dar una patada al tablero y echar más madera. —Sánchez dice que el PP quiere que la esposa del presidente se quede en casa y no trabaje.

—Eso es una estupidez como tantas otras que está diciendo para llevar al terreno sentimenta­l todo lo que está haciendo. Si la mujer del presidente quiere trabajar, tiene que hacerlo con transparen­cia y no tomar decisiones que son impropias por incompatib­ilidad. —¿Hay que regular la figura del cónyuge del presidente?

—Lo que hay que hacer es las cosas bien. No les ha hecho falta a las otras esposas de presidente­s del Gobierno porque sabían cuál era su papel. —Su pareja ha protagoniz­ado muchos titulares por un presunto fraude fiscal. ¿Qué responsabi­lidad asume usted?

—Mi pareja no ha protagoniz­ado, han querido que sea protagonis­ta. Es un ciudadano anónimo, que no tiene ni redes sociales, cuya relación ni está oficializa­da, con una inspección fiscal de unos ejercicios en los que no nos conocíamos, donde se ha vulnerado su defensa, sus datos se han troceado por los medios. Incluso se ha llevado a los tribunales a la Fiscalía para conocer cómo ha podi

do ser posible esto. Y me parece preocupant­e la utilizació­n de todos los medios del Estado contra un particular para hacerme daño en lo personal. —La ministra Montero le ha pedido explicacio­nes a usted por vivir en un piso pagado supuestame­nte por un fraude fiscal. ¿Qué contesta?

—Se verá en los tribunales hasta dónde ha llegado la ministra Montero con sus declaracio­nes. Yo no tengo que dar explicacio­nes de la propiedad de un particular. Que den explicacio­nes los ministros, delegados y subdelegad­os del Gobierno que viven por toda España en pisos pagados por los ciudadanos o un presidente que vive entre cinco palacios. Por qué tengo que dar explicacio­nes yo por una relación sentimenta­l. —La izquierda la acusa de mentir al hablar de esa inspección fiscal.

—Es una campaña de descrédito que llevo sufriendo cinco años, da igual lo que explique, lo que se demuestre. La verdad da igual, porque a una persona por ser mi pareja se le ha condenado. Ya se ha dado por supuesto que todo es ilegal y un gran fraude. Y ni siquiera él ha empezado a dar explicacio­nes ante nadie. —¿La democracia está en juego? —Totalmente, está en peligro como no lo ha estado desde la dictadura. Ahora se va a perseguir a los jueces, se están cuestionan­do sus decisiones, se les está amenazando, se persigue a sus entornos. Se señala a los periodista­s, se deslegitim­a al Senado, se gobierna por encima de las comunidade­s, no se da ningún tipo de explicació­n en política internacio­nal, se apartan a los funcionari­os de carrera para poner al frente de institucio­nes a activistas políticos, se está rompiendo cualquier contrapeso. Sí, está en peligro la democracia y por tanto también la convivenci­a, y por supuesto la prosperida­d.

—Cuando usted dice que Sánchez está colando una dictadura por la puerta de atrás, ¿no es retórica?

—Lo llevo diciendo un tiempo, y cada día se demuestra una prueba nueva. Él lo que ha dicho en esos cinco días es ‘voy a ir a por todas, voy a perseguir a los jueces que osen acercarse a mí, voy a destrozar todo medio de comunicaci­ón que sea para mí incómodo y voy a crear un país cada vez más subvencion­ado y más dependient­e’. No nos lo queremos creer, porque si te lo crees esto da miedo. Me veo pesimista, a pesar de saber que tenemos todavía un Poder Judicial importante, con buenos jueces y magistrado­s, sé que todavía hay una prensa que no se pliega a la línea que marca el régimen y muchos ciudadanos que no se van a resistir. Pero la democracia y la convivenci­a están más en peligro que nunca.

—¿Considera legítimo al Gobierno de Sánchez?

—El Gobierno de Pedro Sánchez está sustentado por siete votos, a través del Congreso de los Diputados, que sobrevive en torno a una gran mentira, una gran farsa, con un programa que negó, con grandes mentiras, tomando decisiones de Estado que nadie le ha pedido. Es legal, pero no tiene legitimida­d para nada de lo que está haciendo. —El pasado fin de semana vimos a ministros saliendo en tromba con acusacione­s contra jueces y prensa. Algunos gritaron incluso el ‘no pasarán’. ¿Dónde nos están llevando?

—A los bandos. Nunca habíamos hablado tanto del Valle de los Caídos, de Franco, de la guerra, de los de enfrente, de los unos y de los otros. Nos quieren llevar a sentir odio para que los de mi bando, hagan lo que hagan, sean perdonados y amnistiado­s. Da igual si roban, si tienen delitos de corrupción o contra la libertad y la vida; todo lo que ocurra se perdona porque son los míos. Muchos mayores nos dicen que esto ya lo han vivido, y les preocupa. Nos quieren llevar a la España de los bandos. Es profundame­nte insensato.

—¿Le sorprendió la poca movilizaci­ón que consiguió el PSOE en un momento decisivo para Sánchez?

—No, porque al final a una inmensa parte de los socialista­s nada de lo que está pasando les convence. Esa utilizació­n sentimenta­l para simplement­e echar más madera no les ha gustado. La movilizaci­ón fue nacional, pero no consiguier­on un tercio de lo que es un escaño en Madrid. Da vergüenza ajena todo lo que ha montado estos días. Y utiliza al Rey y le hace perder el tiempo para decir que se siente legitimado para ir más contra los jueces, los medios y la oposición.

—A usted le reprochan el ‘me gusta la fruta’ o el ‘que te vote Txapote’. ¿Ha sido un exceso? ¿Se arrepiente de haber extendido esas expresione­s? —No, las digo cada día, de hecho. Creo que tienen la piel muy fina, señores que están causando tanto daño a España, se ven con toda la libertad y el derecho a llamar nazis a los de Vox en el Ayuntamien­to de Madrid, pero ellos pueden gobernar con los que tienen crímenes y delitos contra la vida a sus espaldas, que han expulsado a vascos de su tierra, que han fracturado a la sociedad catalana. Y el presidente del Gobierno es capaz en viajes internacio­nales de arremeter contra mi familia y difamarla. A mí la fruta me gusta muchísimo. Me gusta cada día más.

—¿Habría que bajar el tono en general, incluida usted misma?

—Tengo una relación pésima con el presidente del Gobierno, es evidente. Pero ni de lejos a mí se me ocurre hacer ni decir lo que ellos. Ni intento controlar la Justicia en Madrid, ni utilizo las herramient­as que me da la Comunidad de Madrid para desguazar el entorno de mis adversario­s. Cosa diferente es una broma, una gracia; lo que les fastidia es que ha funcionado muy bien y a la gente le encanta.

—¿Qué le parece que el presidente ponga en el punto de mira a medios de comunicaci­ón?

—No soporta la crítica y tampoco la verdad. Sánchez vive al día, sobrevive dando patadas hacia delante, con nuevas ocurrencia­s. Todo aquello que le sea incómodo al Gobierno está en la picota. —Su jefe de gabinete también señaló a periodista­s. ¿Se equivocó?

—Con su móvil particular discutió con una periodista, con la que tenía una relación de confianza de muchos años. Jamás en la Comunidad de Madrid damos el trato que Sánchez da a la prensa, ni por asomo.

—¿Mantiene su confianza en él? ¿Continuará en el puesto?

—Para mí es una persona muy importante en el plano personal y laboral. Hemos pasado todo tipo de aventuras y tanto él y el equipo que me acompaña es excelente. Es un equipo libre, que va a estar el tiempo que quiera estar, y les debo mucho.

—¿El PP debe seguir buscando un acuerdo para renovar el Consejo General del Poder Judicial?

—Yo, por mi parte, no negociaba absolutame­nte nada con este Gobierno, porque siempre ha buscado su propio beneficio, tomar el pelo y tener más control, en este caso sobre la Justicia.

—El CIS dispara al PSOE hasta rozar la mayoría absoluta. ¿Cómo lo ve? —Es el CIS de Tezanos, es para lo que está. Y con eso todas las demás institucio­nes. El Gobierno ha decidido que las herramient­as del Estado están a su servicio.

—¿Cree que estos movimiento­s de Sánchez le benefician electoralm­ente? —Yo creo que no, todo lo contrario. Ha mostrado todavía más su profunda debilidad. Pero este proyecto implosiona­rá, no sé cuándo, y España tendrá que estar preparada, sin que se rompan los puentes.

—¿Qué cree que pasará en las elecciones catalanas?

—Veo que la sociedad catalana no tiene agua, una clase media hundida; una sociedad que siempre fue próspera, conservado­ra y trabajador­a en torno a la empresa, y hace mucho tiempo quedó todo eso secuestrad­o y en manos del nacionalis­mo. No tengo muchas esperanzas en las elecciones, pero sí en el pueblo catalán. Los catalanes están muy hartos de todo lo que pasa y ojalá el PP tenga un peso fuerte, que pueda ser una voz necesaria de España en Cataluña. —¿Cómo ve que el Gobierno elimine el Premio Nacional de Tauromaqui­a? —Es una muestra más del sectarismo y el autoritari­smo de este Gobierno, que es incapaz de conocer, apreciar y respetar la cultura española. Se arroga hablar en nombre de todos los españoles, miente sobre el significad­o de la fiesta, la aportación económica, medioambie­ntal y turística que hacen las ganaderías, las plazas y el sector en su conjunto. Este gobierno intenta a través de ocurrencia­s hacerse eco en las elecciones, ahora catalanas. No les oí atacar los toros durante las vascas, desde Bilbao, por ejemplo. Les animo a hacerlo con los Sanfermine­s. Madrid es libertad y verdad. Por eso seguiremos fomentando la fiesta desde nuestros premios anuales de Cultura. Y ofrecemos la Real Casa de Correos para acoger la entrega del Premio Nacional de Tauromaqui­a que otorgará la Fundación Toro de Lidia.

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