El BCE recalibra ya la compra de deuda del programa de emergencia
▶ Revisa al alza sus previsiones para 2021 de crecimiento en la Eurozona al 5%
Por ahora, el cambio será mínimo. El Banco Central Europeo (BCE) anunció ayer que a partir del próximo trimestre irá reduciendo «ligeramente» la compra de deuda del programa de emergencia PEPP y, aunque no ha dado cifras, los expertos coinciden en que volverá a las compras netas del verano de 2020, entre 60.000 y 70.000 millones de euros al mes. Teniendo en cuenta que estaba adquiriendo unos 80.000 millones de bonos mensuales bajo el PEPP y otros 20.000 millones mensuales con el APP, que es el programa de compras convencional, no puede considerarse una reducción drástica.
Además la presidenta de la autoridad bancaria europea, Christine Lagarde, aseguró que el PEPP durará «como mínimo» hasta marzo de 2022 y «en todo caso», hasta que el Consejo de gobierno «considere que la crisis del coronavirus ha terminado».
Por una parte, por tanto, da inicio el repliegue de las medidas de impulso y por otra el BCE sigue prometiendo ayudas tanto tiempo como sea necesario. Lagarde dejó entrever que el final de la política monetaria acomodaticia no está a la vuelta de la esquina e incluso parece alejarse, debido a que los casos de Covid-19 se están disparando de nuevo y la capacidad de infección de la variante Delta augura un recrudecimiento. «La recuperación de la economía de la zona euro va por buen camino, pero la pandemia sigue proyectando una sombra, sobre todo porque la variante Delta constituye una fuerte creciente de incertidumbre», dijo, y logró con estas palabras superar el desafío de mantener la perspectiva de una normalización del ritmo de compra de PEPP sin incitar a una excesiva especulación de ‘tapering’. El índice líder alemán DAX y el
Los expertos esperan que reduzcan las compras de deuda hasta los 60.000 o los 70.000 millones de euros mensuales. El año pasado, por ejemplo, el BCE compró 280.000 millones de bonos de deuda española.
El presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, advirtió ayer contra la idea de pasar por alto el riesgo de una inflación demasiado elevada: «Debido a la incertidumbre existente, no deberíamos fijar demasiado tiempo la política monetaria muy expansiva actual».
Lagarde aseguró que las condiciones de financiación siguen siendo acomodaticias y que el PEPP durará «como mínimo» hasta marzo de 2022.
CAC francés cerraron en positivo después de la rueda de prensa y en general las bolsas europeas redujeron sus caídas.
Nivel previo de pandemia
En lo que respecta a la recuperación, Lagarde calcula que la economía euro va a «superar antes de finales de año su nivel previo a la pandemia» y revisó al alza las previsiones de crecimiento del PIB hasta un 5% en 2021 y un 4,6% en 2022, mientras que 2023 queda sin cambios por ahora con un 2,1%. Son estos vientos de avance económico los que, según explicó Lagarde, han llevado a la decisión de abrir el melón del ‘tapering’. No ha querido relacionar con la decisión el aumento de la inflación, para la que el BCE, por cierto, también modifica al alza sus estimaciones.
Este año, el índice de precios al consumo aumentará un 2% según sus cálculos. La inflación, que actualmente está en el 4,6%, se situaría en 1,7% en 2022 y en el 1,5% en 2023, todavía lejos del objetivo del 2%. Pero Lagarde insistió en que estos niveles de inflación son «ampliamente temporales», por lo que espera que retornen a tasas más moderadas y considera justificado dejar intactos los tipos de referencia, que siguen en su nivel históricamente más bajo.
Reconoció, sin embargo, que también hay factores difíciles de evaluar y se refirió concretamente a un «efecto de cuello de botella» en la industria, debido a los problemas de entrega en las cadenas de suministros. Y en todo caso «no hemos discutido cuándo sería el momento oportuno de eliminar el PEPP», señaló, «no hemos hablado de lo que viene a continuación».