Lecciones desde Taiwán
Tal y como coinciden en afirmar la mayor parte de informes y estudios internacionales, la República de China (Taiwán) ha sido uno de los países que mejor han gestionado la crisis de la Covid-19 en todo el mundo. Así lo corroboran sus cifras, con alrededor de 2.500 casos registrados hasta la fecha y catorce fallecidos.
Aun así, en los últimos días se ha producido en Taiwán un notable incremento de los casos que ha hecho saltar las alarmas, estableciéndose de inmediato medidas de precaución que antes no había hecho falta adoptar allí, como la prohibición de reuniones de más de cinco personas en interiores y diez en exteriores, además de un mayor control fronterizo, como la prohibición de entrada y tránsito de turistas extranjeros del 19 de mayo al 18 de junio.
Como sucedió al comienzo de la pandemia, Taiwán ha vuelto a reaccionar con rapidez. Pero igual que ya lo tuvo que hacer entonces, lo ha vuelto a hacer ahora en solitario. Porque ni entonces ni ahora la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluye a Taiwán, país que, debido a las presiones de China, permanece excluido de los foros y mecanismos de la OMS desde 2017.
La experiencia nos ha demostrado que la cooperación internacional es la única manera de frenar con éxito una pandemia como la que estamos sufriendo, a la que ningún país puede enfrentarse solo. La OMS debería saberlo mejor que nadie y no debería plegarse a las presiones de China dejando abandonado a su suerte a Taiwán, abriendo una terrible brecha en el sistema sanitario internacional de irreparables y perjudiciales consecuencias.
REPRESENTANTE DE LA OFICINA ECONÓMICA Y CULTURAL DE TAIPÉI