El Príncipe Harry y Meghan Markle serán padres en primavera
Los Duques de Sussex comunicaron la noticia a la Familia Real británica el día de la boda de Eugenia de York
Poco ha podido paladear Sarah Ferguson las mieles del éxito que ha supuesto para ella la boda de su hija Eugenia de York con Jack Brooksbank, el pasado viernes. En la mañana de ayer, cuando los medios de comunicación seguían desentrañando los múltiples detalles del enlace, un comunicado difundido por Kensington Palace eclipsó los destellos del multitudinario casamiento en Windsor. La buena de «Fergie» se afanó en reavivar la llama de la post-boda de Eugenia con una serie de empalagosos tweets de agradecimiento, pero ¿qué puede competir con el embarazo de Megan Markle?
Tal y como rezaba el comunicado, los Duques de Sussex serán padres en la primavera de 2019. «Sus Altezas Reales aprecian todo el apoyo que han recibido en todo el mundo desde su boda en mayo y están encantados de compartir las buenas noticias con todos», decía. La difusión de la buena nueva ha coincidido con la llegada a Australia de Meghan Markle (37 años) y el Príncipe Enrique (34), inmersos en el que es su primer viaje oficial fuera del Reino Unido.
El bebé será el séptimo en la línea de sucesión al Trono y el cuarto bisnie- to de la Reina Isabel II, que está «encantada» con este anuncio que, según la prensa británica, fue dado a conocer por la propia pareja a la Familia Real británica el pasado viernes; es decir, el día de la boda de Eugenia de York.
De hecho, las especulaciones en torno a un posible embarazo precisamente se dispararon el mismo 12 de octubre, cuando Meghan Markle entró en escena ataviada con un amplio abrigo azul. A su llegada a Sidney, el pasado domingo, la Duquesa ocultó su vientre tras dos grandes carpetas llenas de documentos. Aunque no está confirmado, se dice que Meghan ya ha superado las doce semanas de gestación y se calcula que a finales de abril saldrá de cuentas. En cualquier caso, la agenda oficial de la pareja durante este viaje no se verá alterada y, además, de Australia, Meghan y el Príncipe Harry recalarán en las islas de Fiji y Tonga.
El nuevo bebé, que podrá tener la doble nacionalidad británica y estadounidense si así lo desean sus padres, no será príncipe o princesa, a menos que la Reina le conceda ese honor mediante las «cartas patentes», como ha sucedido con los tres hijos de los hijos Duques de Cambridge. Lo que sí obtendrá desde el momento de su nacimiento será el título de lord o lady y el apellido Mountbatten-Windsor. Mientras, los británicos ya hacen apuestas sobre el posible nombre de la criatura: si es niña, Diana, y Alejandro en caso de que sea un varón.