Liberado el pastor protestante que reclamaba Trump
Un tribunal de Turquía decidió ayer la puesta en libertad de Andrew Brunson, un pastor evangélico estadounidense acusado de delitos de terrorismo, y que se había convertido en un punto más de fricción entre Washington y Ankara.
La sentencia confirmó los delitos de los que se le acusaba pero consideró cumplida su pena por los dos años que llevaba encerrado. La fiscalía había pedido en un principio 35 años de cárcel para el religioso por espiar y apoyar a grupos terroristas.
Brunson fue detenido en medio de las represalias que siguieron al fallido golpe de estado militar ejecutado en julio de 2016, y que el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan atribuyó a Fethullah Güllen, un líder religioso turco exiliado en EE.UU. A Brunson se le atribuían relaciones tanto con Gülen como con los separatistas kurdos.
El Gobierno de EE.UU. siempre ha defendido que la detención de Brunson fue un error y que su procesamiento fue injusto. «El pastor Brunson ha sido liberado, ¡volverá a casa pronto!», se felicitó ayer el presidente de EE.UU., Donald Trump, que aprovechó la reciente Asamblea General de la ONU para presionar a Turquía sobre su liberación. Su vicepresidente, Mike Pence, muy conectado con el potente electorado evangélico de EE.UU., fue especialmente activo en las negociaciones para su liberación.
El Gobierno de Erdogan defendió que no podía inmiscuirse en la acción de la justicia. La sentencia del tribunal, sin embargo, se alinea con los intereses tanto de Estados Unidos como de Turquía, a quien Washington retirará las sanciones que había impuesto para presionar para la liberación de Brunson.