Todos contra la IA: de los grandes estudios a las discográficas
La industria musical se une en una demanda colectiva, y Hollywood limita esta tecnología
Dos noticias nacieron ayer del seno de las grandes multinacionales de las dos principales industrias culturales –la música y la audiovisual– contra la inteligencia artificial. En la primera de ellas, los mayores sellos discográficos del mundo, incluyendo Sony Music, Universal Music Group y Warner Records, demandaron a Suno y Udio, dos nuevas empresas de IA, por supuesta violación de los derechos de autor «a una escala casi inimaginable». Las compañías de discos afirman que el software «roba música para escupir obras similares» y piden una indemnización de 150.000 dólares (140.000 euros) por obra vulnerada, lo cual podría llevar a una cuantía total descomunal.
Las demandas, anunciadas por la Recording Industry Association of America, se unen a una oleada de demandas de autores, organizaciones de noticias y otros grupos que cuestionan los derechos de las empresas de inteligencia artificial a utilizar su trabajo. Suno, con sede en Massachusetts, lanzó su primer producto el año pasado y afirma que más de 10 millones de personas han utilizado su herramienta para hacer música. La empresa, asociada a Microsoft, cobra una cuota mensual por su servicio. Por su parte, Udio, conocida como Uncharted Labs, tiene su sede en Nueva York y está respaldada por inversores de capital riesgo de alto nivel, como Andreessen Horowitz.
En las demandas, presentadas ante los tribunales federales de Massachusetts y Nueva York, los sellos discográficos afirman que las empresas de inteligencia artificial se limitan a ganar dinero copiando canciones originales. Y mencionan casos concretos como el ‘Prancing Queen’ que imitaba a ABBA o ‘BBL Drizzy’, un tema paródico relacionado con la disputa entre los artistas Kendrick Lamar y Drake. También citan a ‘All I Want for Christmas is You’ de Mariah Carey, ‘I Get Around’ de los Beach Boys, ‘American Idiot’ de Green Day, ‘My Girl’ de The Temptations o varios clásicos de Michael Jackson o Bruce Springsteen como hits famosos que están siendo muy perjudicados por estos mecanismos.
«El motivo es descaradamente comercial y amenaza con desplazar el auténtico arte humano que constituye el núcleo de la protección de los derechos de autor», afirman las discográficas en las demandas, que además señalan que nada exime a las empresas denunciadas de «cumplir las normas» y advierten de que el «robo masivo» de las grabaciones «amenaza a todo el ecosistema musical». Estas demandas llegan unos meses después de que unos 200 artistas, entre ellos Stevie Wonder, Robert Smith, Billie Eilish o Sheryl Crow, firmaran una carta en la que pedían que se pusiera fin al uso «depredador» de la inteligencia artificial en la industria musical. El texto también fue firmado por los descendientes de estrellas de la música ya fallecidas como Bob Marley o Frank Sinatra.
Actores contra máquinas
Ayer también se dio a conocer que un sindicato de trabajadores de Hollywood llegó a un acuerdo tentativo de tres años con los principales estudios que incluye aumentos salariales y, lo más relevante, barreras contra el uso de inteligencia artificial en películas y series. El sindicato que representa a la mayoría de los equipos que trabajan entre bastidores en el cine y la televisión en Estados Unidos ha llegado a un acuerdo provisional con los estudios para unos 50.000 de sus miembros. El International Alliance of Theatrical Stage Employees ratificará el acuerdo con la Alianza de Productores de Cine y Televisión, que representa a las grandes productoras y plataformas como Disney, Netflix, Amazon, Paramount, Sony, Universal, Warner Bros o Apple, así como las principales cadenas de televisión por cable en Estados Unidos (ABC, CBS, FOX, NBC...). Respecto a la inteligencia artificial, el acuerdo incluye «que ningún empleado esté obligado a proporcionar indicaciones a la IA de ninguna manera que pueda resultar en el desplazamiento de cualquier empleado cubierto», según informa Reuters. A finales de 2023, el sindicato SAG-AFTRA –que representa a la amplía mayoría de actores de EE.UU.– y los estudios llegaron a un acuerdo laboral que puso fin a una huelga en la que, entre otras muchas cosas, los intérpretes exigían medidas contra la inteligencia artificial.
En España también hubo ayer novedades: las nuevas Bases de la Academia de cine excluirán de la categoría a Mejor Música Original y Mejor Canción Original la creada por inteligencia artificial.