«Joan Ribó tiene un complejo de inferioridad tremendo con la gestión de Rita Barberá»
La alcaldable popular ambiciona autonomía para gobernar en solitario y apela al voto útil el 28M
María José Catalá (Valencia, 1981) encara dos rectas finales: la de la campaña que puede llevarla a la Alcaldía de la ciudad y la del embarazo de su segundo hijo. Cuenta que la presión por conseguir unos buenos resultados que devuelvan el poder de la tercera capital de España al PP no le está impidiendo disfrutar del camino. Se muestra segura de que conseguirá desalojar a Compromís y al PSPV del Gobierno local, ocho años después, sin necesitar el apoyo de Vox. Las encuestas y la fuerza que le transmite la gente en la calle, señala, son el mejor síntoma de que la difícil etapa del PP valenciano ha quedado en el olvido. —¿Que el 28M se plantee como una primera vuelta entre Sánchez y Feijóo condiciona que se hable menos de los proyectos locales?
—Esta campaña ha sido distinta a otras porque ha empezado mucho antes. Siento ambiente preelectoral desde hace meses. Algunos temas de la política nacional han irrumpido por motivos lógicos. Es normal la indignación de las mujeres y de cualquier persona que tenga sensibilidad hacia quien ha sufrido una agresión sexual, por la ley del ‘solo sí es sí’, o que votantes socialistas no reconozcan a su partido por la ligereza con la que se ha afrontado que Bildu lleve a etarras asesinos en sus listas. Al contrario que otros barones, Ximo Puig ha sido muy blando en estos asuntos. No se puede ser amable con el terrorismo o con los agresores sexuales que salen a la calle por una mala ley. Es tan grave, que es normal que la gente se indigne y condicione la campaña. Pero eso, y lo vemos en la calle, no elimina la preocupación de los ciudadanos por la falta de seguridad y de limpieza o por recuperar el liderazgo de Valencia. Una cosa no quita la otra.
—Las encuestas sitúan al PP como primera fuerza. ¿Se ve como alcaldesa y gobernando en solitario?
—Sí, pero me gusta más hablar de gobernar con autonomía, porque la ciudad va a necesitar gestores profesionales que actúen con rapidez. Quiero tener un equipo diligente y eficiente que pueda ejecutar rápidamente un plan de choque de limpieza, la dotación de 500 policías más en la calle, la puesta en marcha de 1.300 viviendas protegidas para jóvenes y que haga una bajada de impuestos aplicable el 1 de enero de 2024. Cuando veamos los 8.000 expedientes de licencias paralizadas no vamos a poder ir con medias tintas. Lo que ambiciono es autonomía y por eso hago un llamamiento al voto útil, a que la gente piense cómo están funcionando gobiernos del PP en solitario en Andalucía o en Madrid, con una gestión magnífica. —Necesitará apoyos para aprobar los presupuestos. ¿Ha hablado con Vox? —Me he encontrado con su candidato, Juanma Badenas, en debates y tertulias. Tenemos una relación muy cordial, pero no hemos profundizado sobre temas de ningún tipo. Tampoco con el resto de partidos.
—En ABC, el alcalde y candidato de Compromís, Joan Ribó, insistió en que no es momento para homenajes a Barberá. Acusó al PP de ser quien más la maltrató. ¿Está de acuerdo? —En absoluto. Me parece que es una huida hacia delante. Joan Ribó no ha tenido la gallardía, ni lo que hay que tener en política para reconocerle a Rita Barberá sus 24 años de alcaldesa y la gran transformación de esta ciudad. Por eso busca excusas y se justifica como puede. Le he dado la oportunidad, presentando mociones en el pleno, de poner el nombre de Rita Barberá al Puente de las Flores y de hacerla alcaldesa honoraria a título póstumo. Ribó ha votado no. Por contra, nosotros los apoyamos cuando plantearon que el exedil de Hacienda Ramón
Vilar –fallecido repentinamente en 2020– fuera concejal honorario a título póstumo. Esa generosidad que nosotros hemos tenido con sus representantes, ellos no la tienen con Rita porque Ribó tiene un complejo de inferioridad tremendo respecto de la gestión de su predecesora y se le nota. —¿Qué le parece que el PSPV la interpele con casos de corrupción del pasado y utilice su imagen en una campaña de cartelería?
—A los socialistas se les olvida que el pasado de Valencia son ellos y Compromís. Hacen como si los últimos ocho años no hubieran estado gobernando. La utilización de mi imagen sin consentimiento me parece un claro gesto de debilidad y nerviosismo. Me da la sensación de que están haciendo méritos para ser oposición antes de que llegue el 28M. En cualquier caso, no es legal y vamos a articular los mecanismos oportunos para afear que hagan también uso de los elementos propios del PP. Es un gesto absolutamente contrario a lo que la candidata socialista, Sandra Gómez, decía de hacer una campaña limpia y con respeto a los rivales. Cuando lo vi, pensé en el refrán: ‘Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces’. Yo me centro en la ilusión y no voy a entrar en el barro. Si el PSOE lo hace, se encontrará con la ley y con los tribunales, pero no voy a ponerme a esa altura. —¿Teme que Ciudadanos todavía pueda arañarle algunos votos y condicione su resultado?
—La última encuesta del propio Ciudadanos, ya hace algunas semanas, les daba un 3%, lejos de la barrera electoral del 5%. Hasta las elecciones, creo que ese porcentaje se va a ver reducido, por lo que va a ser muy difícil que obtengan representación. Es una pena que esos votos se vayan a la basura y no a favor del cambio político necesario en esta ciudad.
Campaña en clave nacional
«No se puede ser amable con el terrorismo o con los agresores sexuales que salen a la calle por una mala ley»
Expectativas electorales
«Es una pena que los votos de Ciudadanos se vayan a la basura y no a favor del cambio político»