Agotado por todo
El cambio climático y la guerra de Ucrania, causantes de nuestras desgracias
Confieso que estoy agotado. Agotado de oír que tengo que hacer un pequeño esfuerzo por todo. Por aguantar las subidas de los precios, por soportar el dichoso cambio climático, que es el causante, junto con la dichosa guerra de Ucrania y sus consecuencias, de casi todas nuestras desgracias.
Por las constantes oleadas de las variantes del coronavirus, que no sé si van a tener un final o también va a ser un esfuerzo constante y perseverante. Por el mareo que me producen las dimisiones de los políticos por razones personales, que no son más que miedo al fracaso que se les puede presentar en unos meses y tratar de ver la posibilidad de colocarse en un puesto bien remunerado.
Por la incomprensión que me produce tanta avalancha de rencor, de venganza y de odio hasta el punto de despojar de honores y dignidades a personas que fueron dignas de ello en su momento, cosa que no ha sucedido en ningún otro país, donde a la Historia se la reconoce con vencedores y vencidos. O se anula todo o se convive con todo. Las medias tintas son cosa de mediocres y cobardes. Pero da igual, porque no se puede renunciar al pasado por decreto. Al final es algo que rezuma caciquismo y autoritarismo como en una dictadura plena.
Por la expectación que me provoca ver cómo va a disfrutar sus vacaciones nuestro actual Padre de la Patria y saber qué medios va a utilizar para sus desplazamientos y en cuantos palacios va a alojarse con su familia y amigos.
Es un tema de mera curiosidad por saber si va a hacer un esfuerzo, como pide a los españoles o va a tener el aire acondicionado a 19 ahora y a la vuelta a 25 la calefacción, porque al revés no se lo cree absolutamente nadie.
Por todo ello y por otras cosas que es mejor y más sano obviarlas, intentemos pasar un mes de agosto lo mejor posible y no consintamos que nos amarguen, en mi caso el veraneo, en el de la mayoría las vacaciones, porque la amenaza está ahí y si luego ocurre un milagro, lo capitalizarán para que les estemos muy agradecidos y reconozcamos que los constantes esfuerzos merecieron la pena, porque al fin y al cabo es lo que pretende esta nueva política revanchista y populista.
Antes decían que se ofrecía al pueblo partidos de fútbol, ahora se han inventado las docuseries de famosos contra famosos dentro de las mismas familias. Las sagas enfrentadas de las familias de las folclóricas, con intervenciones y participaciones de familiares políticos, de las presentadoras de televisión con el mismo sistema, además de líos de faldas y o de pantalones, como decían antiguamente, crean un interés, que desvía, principalmente en clases con cultura deficiente, la triste actualidad del país, además de propiciar una crisis en la familia, que también es un denominador común dentro de sus fines como la erosión social.
Ejemplo de familia lo acaban de dar los Trump, asistiendo todos juntos al funeral por Ivana, una señora divertida, excesiva, lujosa, inteligente y con un alto sentido de la generosidad y de la amistad. Hemos compartido muchas noches en el Green Goo del Palace de Gstaad, donde se hacía cargo de las facturas de todos a los que consideraba sus amigos. Se murió como una diva, descendiendo las escaleras de su casa de Nueva York.
«He compartido muchas noches con Ivana Trump en Gstaad. Era una señora divertida, excesiva, lujosa e inteligente»