Ucrania ordena deponer las armas a los últimos defensores de Azovstal
► El mando militar prioriza salvar las vidas de los soldados de la guarnición
Ucrania ordenó ayer a sus tropas atrincheradas en la acería Azovstal de Mariúpol deponer las armas tras casi tres meses de resistencia a la ofensiva rusa que ha arrasado la ciudad portuaria del sudeste del país. El asedio a esta estratégica localidad, ubicada a orillas del mar de Azov, ha dado lugar a numerosas acusaciones de crímenes de guerra, incluyendo la de un ataque contra una maternidad.
El Ministerio de Defensa ruso difundió un vídeo en el que se ve a soldados saliendo de la planta, algunos con muletas, tras semanas de asedio. «El máximo mando militar dio la orden de salvar las vidas de los soldados de nuestra guarnición y dejar de defender la ciudad», declaró el comandante del batallón ucraniano Azov, Denys Prokopenko, en un vídeo divulgado en Telegram. «Sus efectivos», añadió, «siguen tratando de sacar de la planta a los soldados muertos. Ahora espero que pronto las familias y todos en Ucrania puedan enterrar a sus combatientes con honores».
El Gobierno de Kiev desea intercambiar soldados de Azovstal por prisioneros rusos, pero las autoridades prorrusas de la región de Donetsk afirmaron que algunos podrían ser juzgados. «Esperamos que todos los prisioneros de guerra sean tratados de acuerdo con la Convención de Ginebra y el derecho de la guerra», dijo el portavoz del Departamento estadounidense de Defensa, John Kirby. El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) pidió un acceso «inmediato» a estos prisioneros para evaluar su estado de salud.
Militares capturados
El titular de Defensa de Rusia, Sergei Shoigu, afirmó que sus tropas han «rescatado» a 177 civiles y capturado a 1.908 «nacionalistas» que «han depuesto sus armas», según la agencia de noticias Tass. La cifra se actualiza a razón de varios cientos diarios, sin que exista verificación independiente.
La acería se ha convertido en un símbolo dentro de otro símbolo, la ciudad de Mariúpol, objetivo de uno de los ejes de progresión prioritarios de las tropas rusas en la invasión. Las fuerzas del Kremlin se encontraron con una defensa cuya espina dorsal ha sido el batallón Azov, que ha planteado un duro escenario de combate urbano.