Entre Tartarín y Munchausen
El Gobierno intenta quitar gravedad al asunto y Sánchez ha desaparecido de escena, con la típica cobardía de los mentirosos
POR el camino que va, pronto se convierte en el mayor mentiroso de la Historia, superando al cauto Ulises, que engañó a sirenas y gigantes; a Tartarín, que mató un león viejo y ciego y al Barón de Munchausen, que viajó al espacio montado en una bala de cañón. Nuestro hombre, pues, como habrán adivinado me refiero al presidente del Gobierno, es capaz de hacer algo más difícil: decir una cosa y la contraria. Habiendo quienes le creen, ya por la cuenta que les tiene, ya por resentimiento o falta de conocimiento.
«España va mejor, con una recuperación robusta, sólida y mucho más justa», proclamó durante el debate sobre los Presupuestos. Ahora sabemos que, al mismo tiempo, su gobierno negociaba en Bruselas ampliar el cómputo de las pensiones, ya que la Comisión Europea ha rebajado el crecimiento español del 6,2 por ciento que le envió al 4,6 por ciento, mientras el déficit se disparará al 8,1 por ciento, lo que claramente significa que en vez de estar en cabeza de Europa, como dijo PS, la nuestra es la última de las grandes economías europeas.
Y no acaban ahí sus desgracias, que, desde luego, son las nuestras. El acuerdo firmado en Bruselas nos obliga a reajustar de nuevo las pensiones, para lo que sólo hay dos caminos que coger: o se alarga la vida laboral o se aumentan las cotizaciones. Los sindicatos ya advierten que no lo aceptarán, lo que significaría el bloqueo de los fondos europeos.
El Gobierno intenta quitar gravedad al asunto y Pedro Sánchez ha desaparecido de escena, con la típica cobardía de los mentirosos. Si creyó que las buenas relaciones de Nadia Calviño, en Bruselas iban a permitirle colar ese pufo, es que no conoce mucho a holandeses y demás protestantes, para quienes el dinero es sagrado. Lo extraño es que Calviño se haya dejado engañar, sabiendo lo que sabe.
Vendrán más aprietos como éste con otras partidas del plan de recuperación, sobre todo las que afectan al mercado laboral, con una Bruselas advirtiendo que la mejor reforma es ninguna, la izquierda insistiendo en ellas y Sánchez diciendo sí a ambos.
Aunque no es eso lo que ha generado la desconfianza general hacia él, que sus seguidores intentan negar. Es algo más grave y profundo. Por un lado, el suyo es el único gobierno en la UE con comunistas. Luego, tiene línea abierta con los independentistas. Si lo primero preocupa, pues la mayoría de los países miembros han sentido en sus carnes lo que es el comunismo, más desconfianza aún genera alguien dispuesto a negociar la unidad de su país. Con personas así, lo mejor es mantenerse lo más lejos posible.