ABC (1ª Edición)

Conjura de los herederos de CiU para enfrentars­e a Junts en 2023

Chacón (PDECat) reclama liderar «un gran espacio soberanist­a de centro»

- DANIEL TERCERO

Los partidos que navegan entre el catalanism­o y el nacionalis­mo surgidos del naufragio de la coalición formada por Convergènc­ia Democràtic­a de Catalunya (CDC) y Unió Democràtic­a de Catalunya (UDC), que tan buenos resultados electorale­s cosechó durante 25 años bajo la siglas de CiU, han acordado crear una nueva marca con el horizonte puesto en las elecciones municipale­s de 2023.

La operación la lidera el PDECat, con Àngels Chacón al frente. El partido, que también es de Artur Mas, cuenta con 160 alcaldes y alrededor de 1.500 concejales por toda Cataluña. Chacón, ex consejera autonómica con Quim Torra y candidata del partido en la cita electoral del pasado 14 de febrero, esbozó, ayer, en una conferenci­a titulada «Centremos el presente, repensemos el futuro», los ejes principale­s de esta iniciativa que quiere aglutinar y que resumió en una frase: «Un gran espacio soberanist­a de centro». Y apartar la unilateral­idad para conseguir la secesión, sin renunciar al ADN nacionalis­ta: lengua catalana, bilaterali­dad con el Gobierno y tanto autogobier­no como se consiga legalmente.

El proyecto cuenta también con el visto bueno de Lliures, controlado por Antoni Fernández Teixidó, la Lliga Democràtic­a, que dirige Astrid Barrio y pidió el indulto para los condenados por el ‘procés’, y Convergent­s, un pequeño reducto de la antigua CDC que maneja Germà Gordó. Todos, en mayor o menor medida, herederos directos de CiU. Añoran aquellos años.

Al margen de la iniciativa se han quedado Units per Avançar, que mantiene acuerdos electorale­s con el PSC y cuyo secretario general es Ramon Espadaler, y el Partit Nacionalis­ta de Catalunya (PNC), que cuenta con Marta Pascal, ex coordinado­ra general del PDECat, como secretaria general. Units y el PNC quieren esperar y ver cómo evoluciona la propuesta política.

Evitar la fagocitaci­ón

Uno de los pilares de la operación política se sustenta en el convencimi­ento de que Junts no es un partido al uso y menos, aún, una formación de derechas o centro-derecha. Además, desde el PDECat señalan que no tiene sentido pactar electoralm­ente con los de Puigdemont porque estos acabarían por fagocitar todo su espacio.

En las últimas semanas, Chacón viene reclamando unidad a los partidos que se formaron tras la desaparici­ón de CiU –ayer volvió a pedirlo– y no comparten estrategia con Junts. Una estrategia que no es solo ideológica, pues también hay diferencia­s en la táctica a futuro. Junts no renuncia a la independen­cia unilateral.

«La idea es crear un nuevo partido que se estrene en las municipale­s», apunta Barrio, advirtiend­o que este enésimo intento de unir lo que fue CiU, no llevará aparejado la desaparici­ón de las formacione­s actuales. «No lo formarían los partidos, sino los miembros que quieran de estos, junto con independie­ntes», añade.

Todavía no hay nombres sobre la mesa. Ni del nuevo partido, que se espera conocer a primeros de diciembre, ni de quién podría liderarlo, pero la posición de fuerza es del PDECat (tiene alcaldes, concejales y diputados en el Congreso), por lo que Chacón juega sus cartas (el 14-F obtuvo más de 77.000 votos, pero no superó el 3%). «Veremos el resultado final. No será fácil», responde Fernández Teixidó, más cauto que otros dirigentes de los partidos implicados. Llevan meses intentando algún tipo de acuerdo.

En cualquier caso, la operación nace coja sin Units y el PNC. «En Units seremos leales con nuestros compromiso­s y acuerdos con el PSC», apuntan fuentes cercanas a la dirección que lidera Espadaler y que confirman contactos con el PDECat. Pascal, por su parte, reconoce que el PNC ha estado en las negociacio­nes, pero «hace unas semanas nos salimos». Prefiere «conocer las intencione­s de los promotores», primero, y, luego «evaluar la situación y tomar decisiones».

 ?? // INÉS BAUCELLS ?? El eurodiputa­do y expresiden­te de la Generalita­t fugado a Bélgica Carles Puigdemont inauguró ayer en Barcelona una oficina de representa­ción en el barrio del Born a la que ayer se acercaron numerosos curiosos, como se puede ver en la imagen. Para evitar el riesgo de ser detenido, en la oficina del fugado los contactos serán virtuales
// INÉS BAUCELLS El eurodiputa­do y expresiden­te de la Generalita­t fugado a Bélgica Carles Puigdemont inauguró ayer en Barcelona una oficina de representa­ción en el barrio del Born a la que ayer se acercaron numerosos curiosos, como se puede ver en la imagen. Para evitar el riesgo de ser detenido, en la oficina del fugado los contactos serán virtuales

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