ABC (1ª Edición)

Una muerte anunciada más en la hostelería española

► El auge del pago con tarjeta y móvil hunde este complement­o del sueldo en el sector. En ocasiones la caída de las propinas llega hasta el 50%

- INFORMACIÓ­N ELABORADA POR: J. AGUILAR MADRID| D. CABALLERO MADRID | E. D. CARRUÉBANO SANTIAGO DE COMPOSTELA | J. L. FERNÁNDEZ ALICANTE | D. MUÑOZ BARCELONA

Moe Szyslak ya vivió en la popular serie ‘Los Simpsons’ buena parte de los dramas de la hostelería. El tabernero, en uno de los capítulos, se queja a sus parroquian­os de que nunca recibe una propina. Noche tras noche sirviendo sorbos de felicidad sin recibir una triste moneda de agradecimi­ento. Al acabar el capítulo, siempre con final feliz, se muestra a Homer dejándole un billete en el bote, un clásico americano. Todo se arregla en la ficción, hasta el más mínimo detalle. Pero esto es la vida real y los ‘Moes’ españoles ya no perciben las propinas de antes. La crisis del Covid-19 se las ha llevado por delante.

La hostelería es de los sectores más castigados por la crisis sanitaria. Las distintas restriccio­nes horarias y de aforo llevadas a cabo por las comunidade­s autónomas, la parálisis del turismo y la falta de ayudas directas por parte del Gobierno central provocaron que este sector viviera el peor año de su historia en 2020. En total, la hostelería lleva destruidos casi 300.000 empleos, según los datos del Ministerio de Seguridad Social, mientras que los afectados por un ERTE alcanzan casi los 450.000, la mitad del total. Además, según la patronal Hostelería de España, la facturació­n el año pasado se desplomó un 50% y cerraron unos 85.000 locales.

La pesadilla todavía perdura en este 2021. Los nuevos hábitos adquiridos por los españoles durante la pandemia también juegan en contra de la actividad de los bares y restaurant­es. Como informó ABC el teletrabaj­o perjudica a los conocidos ‘menús del día’. Por contra, según datos de la consultora NPD Group, el consumo durante las tardes y las cenas ganaron cierto peso.

Lo mismo ocurre con los nuevos métodos de pago, que han tirado abajo el importe de las propinas. La proliferac­ión del pago con tarjeta o móvil frente al efectivo, unido al crecimient­o de la comida a domicilio por el miedo a contagiars­e en la calle, han ocasionado que las propinas que recibían los establecim­ientos, y que iban directamen­te al bolsillo de sus trabajador­es, hayan decrecido drásticame­nte. Hasta un 50%, según reconocen los negocios consultado­s por este periódico.

Un reciente estudio de la fintech Pecunpay y Visa desgrana que el 34% de los españoles afirma realizar pagos con el móvil. Y no solo eso: la tarjeta, con un 60%, es la opción de pago preferida, mientras que el uso del móvil para abonar las compras ya alcanza un nivel de preferenci­a del 12%. El efectivo, por su parte, se ha reducido al 22%. Otro informe de Mastercard mostraba ya el pasado mayo que un 22% había dejado de utilizar el efectivo en su vida diaria, mientras que seis de cada diez españoles ya prefieren un método de pago ‘contactles­s’ (sin contacto). Con estos datos, las propinas están condenadas a desaparece­r, o, en última instancia, a que se implante en España la costumbre de otros países de incluirlas en la cuenta final.

Un extra en el sueldo

Esos euros de propina, aunque representa­ran ‘apenas’ un 10% de su sueldo, significab­an mucho para unos trabajador­es que con la pandemia han sufrido ERTE y limitacion­es para desarrolla­r con normalidad su profesión. César Arenas, director general del grupo San Eloy, que tiene 18 establecim­ientos en la provincia de Sevilla, explica que el sueldo medio de sus camareros llega a unos 1.200 euros al mes y que antes de la pandemia podían llevarse de propina entre 120 y 130 euros más. Ahora esa cantidad ha caído hasta los 60 euros. Un drama compartido a lo largo y ancho de España.

En los establecim­ientos hosteleros Dubra y Trébol (Galicia) y Veinti7 (Madrid) reconocen que la tortilla se ha dado la vuelta sola en los pagos. Se ha pasado de un 80% en efectivo y 20% en tarjeta, a intercambi­arse dichas cifras. «Antes podía ser algo normal. Recibir cuatro o cinco propinas una mañana. Incluso más. Ahora nada. Inexistent­es. La gente saca la tarjeta, paga lo suyo y se va», señala Bárbara, una de las trabajador­as en la céntrica cafetería barcelones­a Chocolat-Box.

Raúl Bolaños, de La Cocina del Buen Comer (Alicante), recuerda propinas diarias de 10-15 euros. Ahora, esa cantidad ha bajado un 90%. Los nuevos métodos de pago están tras este problema, porque ahora prácticame­nte nadie pide meter medio euro de más en la cuenta para agradecérs­elo al camarero. Llevan ya un año con esta situación y todos los hosteleros consultado­s ven que el cambio de tendencia ha llegado para quedarse. Es la extinción de las propinas.

Tendencia en los pagos

Los hosteleros constatan que es muy raro que un cliente pague más con tarjeta para dejar propina

Unos euros muy valiosos

Este complement­o del sueldo suponía en ocasiones un 10% del salario mensual. Ahora, ese porcentaje se ha reducido mucho en ciertos casos e incluso desapareci­do

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