Van a faltar mejillas
Otra absolución en un juicio por ofensa de los sentimientos religiosos. Casi es mejor que quiten el tipo del Código Penal, así los católicos se ahorran la segunda bofetada
UN juez de Sevilla, David Candilejo, acaba de absolver a las tres mujeres que se sentaron en el banquillo por poner en la calle la «Procesión del coño insumiso», en la que chabacanamente imitaban un cortejo procesional de Semana Santa, con todos sus avíos y figuras (paso, penitentes, banda de música, damas de mantilla...) pero en el que en vez de a la Virgen se veneraba una vagina de tamaño gigante y se proferían gritos como «la Virgen María también abortaría». Además se ofrecía una particular versión del Credo donde se enhebraba una salmodia de frases soeces y ofensivas contra la religión católica, en clara burla con escarnio para quien reza esa oración. Y no se fueron a un polígono industrial de las afueras a procesionar «para no ofender a nadie», como insistieron en el juicio las acusadas, sino que hicieron pasear su cofradía mamarracha frente a la basílica de la Macarena, templo sagrado para los creyentes hispalenses, en un claro intento de provocación.
Sostiene el juez Candilejo que «muchos católicos» se pudieron sentir ofendidos, pero que seguro que hay otros tantos que no. Además, como por entonces se discutía sobre el aborto en España al parecer había contexto para la performance y por eso, y porque hay libertad de expresión, las absuelve. Ya lanzado, el magistrado se gustó en la redacción de la sentencia y afirma que eso de poner a abortar a la Virgen «queda de manera palmaria dentro del orbe intelectual y cognitivo de la propia acusada, pues es una aseveración difícil de constatar». ¡Qué chispa la del magistrado! Pones el párrafo del juez Candilejo en un monólogo de La Sexta y el Wyoming y Dani Mateo, ese que se sonó los mocos con la bandera de España, se parten de risa.
El caso es que con esa sentencia, este Jueves Santo, por ejemplo, pueden las absueltas volver a pasearse por Sevilla aunque «muchos católicos se sientan ofendidos». No cabe esperar pegas del Ayuntamiento socialista que apoyó a las cofrades del higo en este proceso. Vía libre, por tanto, a las exposiciones de cuadros como los de la muestra «Maculadas sin remedio», en las que una «artista» pintaba una Inmaculada en obsceno ademán. O para obras tan imaginativas como aquella titulada «Dios tiene vagina» (no se les va de la cabeza salva sea la parte) en las que utilizaba hostias de consagrar para escribir la palabra pederastia. Basta con declarar ante el juez que «ni por asomo tenía intención de ofender a nadie, líbreme Dios» y la libertad de expresión hará el resto.
Haga caso a este batallón y no se queje ni cuando se sienta agredido por sus creencias o cuando un activista se ría de su fe u orine sobre ella por la calle, porque de inmediato, si usted pide que la justicia le ampare le acusarán de «ultracatólico» y no se sabe de cuántas cosas más. Ofender en público a los católicos, sale gratis. Y solo a los católicos, que inflados a bofetadas no paran de poner la otra mejilla, en la calle y en juzgado. Porque es curioso pero no se ve a ningún artista o activista progre hacer chanzas con Mahoma ni con su madre, Amina. Ahí como que se les encoge la valentía.
Ofender en público a los católicos sale gratis