EL ANTIPACTO DE LA MONCLOA
Lo que supusieron los Pactos de La Moncloa quedará para siempre en la Historia de España. Amenazaba al inicio del reinado de Juan Carlos I la aparición de una serie de preocupantes realidades económicas, iniciadas con el choque petrolífero y ampliadas por una alarmante crisis bancaria, y culminado con un considerable auge huelguístico y el consecuente incremento del coste laboral.
Buena parte de esa realidad, sobre todo el fuerte choque salarial se esfumó gracias a las decisiones derivadas de Fuentes Quintana y su equipo –en el que siempre se debe citar destacadamente a Manuel Lagares–, con el respaldo de Landelino Lavilla muy en primer lugar y la socialdemocracia. También debe destacarse la postura del Partido Comunista. Recordemos el artículo de Julio Segura «Una alternativa a corto plazo para superar la crisis económica», publicado en la revista del PCE «Nuestra bandera», en el nº. 88-89 de 1977, págs. 5-14. Gracias a esa acción conjunta, con el aplauso de los economistas, se firmó un Pacto de política económica, ampliado con cuestiones políticas, en La Moncloa.
A partir de entonces, el PSOE, al gobernar, se ha olvidado del mensaje en los Pactos de La Moncloa. La consecuencia han sido los desordenes económicos generados tras los gobiernos de Felipe González y Zapatero. Y ahora ha vuelto a oponerse aún más con el pacto firmado con Podemos, precisamente también en La Moncloa, para buscar apoyo político. Las recientes advertencias del Banco de España o las del FMI se desoyeron al firmar este acuerdo que, por motivo lógico, debe denominarse Antipacto de La Moncloa. Escalofría lo que de ahí se deriva, pero se debe, sobre todo, al desdén por lo que señalan los economistas. ¿Nadie en el Gobierno ha leído, por ejemplo, todo lo que se deriva del artículo de Phillips, «The relationship between unemployment and the rate of change of money wage in the United Kingdon 1861-1957» publicado en «Econométrica», noviembre 1958, págs. 282-299? ¡Y si sólo fuese esta ignorancia!