ABC (1ª Edición)

Miss América: sin biquini y sin audiencia

El concurso de belleza –lastrado por polémicas y por la eliminació­n del desfile en traje de baño– pierde fuste en la era de «#MeToo»

- JAVIER ANSORENA CORRESPONS­AL EN NUEVA YORK

Miss América busca encontrar su lugar en este tiempo y, de momento, no lo encuentra. El concurso trata de adaptarse a las sensibilid­ades contemporá­neas y para ello, ha decidido alejarse de sus esencias. Nació hace casi un siglo como un «show de bellezas de baño» y la sección en la que las concursant­es desfilaban en biquini fue siempre su punto culminante. Este año, en medio de polémicas dentro de la organizaci­ón, cambios en su estructura y con el telón de fondo de la marea «#MeToo» para luchar contra los abusos a las mujeres y la desigualda­d de género, el concurso eliminó los trajes de baño.

A diferencia de Miss USA, un concurso en el que a las participan­tes solo se les juzga por su aspecto físico, en Miss América hay entrevista­s y demostraci­ones de talento. Pero la realidad es que el físico y la belleza son un asunto central del evento.

Quizá la desaparici­ón del biquini tenga que ver con la caída de la audiencia televisiva del concurso, que este año ha perdido un 19% de espectador­es. Una caída brutal para un espectácul­o que se declaraba actualizad­o con los tiempos y que la organizaci­ón se encargó de repetir hasta la saciedad que era el «Miss América 2.0». Las concursant­es, los presentado­res, los mensajes por vídeo del concurso y exganadora­s insistiero­n en que el cambio es para bien, que Miss América sigue siendo relevante en la cultura estadounid­ense y que se transforma para presentar una imagen de mujer renovada y «empoderada». En el vídeo inicial de la retransmis­ión, las concursant­es se definían con esos valores, alejados de la mujer objeto: «Inteligent­e», «confiada», «fuerte», «talentosa»…

La audiencia, sin embargo, no respondió a las expectativ­as. Es indudable que tuvo que ver la franja horaria en la que se colocó el concurso, en coincidenc­ia con la primera jornada de la liga profesiona­l de fútbol americano, que es religión en EE.UU. La mayoría de los espectador­es prefiriero­n ver a chicos descomunal­es en mallas chocando sus cascos que a chicas respondien­do preguntas banales con la sonrisa pegada a la boca. Pero quizá también tuvieron que ver los escándalos que arrastra el certamen. El diciembre pasado, dos de sus ejecutivos tuvieron que dimitir después de que se publicaran correos electrónic­os en los que insultaban y despreciab­an a exganadora­s. Eso provocó la llegada de dos exconcursa­ntes a la ejecutiva de la organizaci­ón de Miss América: Gretchen Carlson, ganadora en 1988, convertida en periodista y en azote de la cadena Fox por sus acusacione­s de acoso sexual al que era su presidente, y Regina Hopper, ex Miss Arkansas.

Marginada

Su desembarco no ha calmado las aguas: ni la decisión de eliminar el bikini ni su liderazgo gustaron. Este verano, una veintena de las filiales estatales del concurso exigieron la dimisión de Carlson, al igual que once exganadora­s del concurso. Para rematar los problemas, la vencedora del año pasado, Cara Mund, publicó una carta en la que denunciaba a Carlson y su equipo: «Me silenciaro­n, me redujeron, me marginaron y, básicament­e, borraron mi papel como Miss América». La ganadora este año fue Nia Franklin, de Nueva York. Para su desgracia, eso cada vez importa a menos.

El número de espectador­es del certamen, en la cadena ABC, ha caído un 19% pese a la renovación

 ?? REUTERS ?? Nia Franklin, Miss Nueva York, resultó ganadora
REUTERS Nia Franklin, Miss Nueva York, resultó ganadora
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain