Los alumnos españoles prefieren hacer un máster antes que un grado 190.000 matriculados
Los alumnos españoles ya no quieren estudiar siguiendo el modelo «tradicional»: los grados pierden terreno y lo ganan los másteres y otros estudios. Así, en el curso 2016-2017 descendió el número de matriculados de grado. El total de estudiantes apenas sobrepasaba los 1,3 millones, es decir, 153.531 menos que en el curso 2011-2012. Se trata del quinto curso consecutivo con números negativos. Ahora, los estudiantes parecen optar por los másteres o doctorados. Los matriculados en másteres oficiales se han incrementado desde 2006-2007 casi de forma ininterrumpida superando la cifra de 190.000.
Son las conclusiones de un informe elaborado por la fundación CYD dado a conocer ayer, que analiza el estado del sistema universitario español. Francesc Solé Parellada, vicepresidente de la fundación, explicó que el aumento en el número de matriculados de másteres se debe a que «hay una gran sensación, cuando es difícil conseguir empleo cualificado, de que se conseguirá con una titulación mayor». Por otra parte, explicó, ha aumentado la edad de la gente que se matricula «porque hay un convencimiento en España de que las ocupaciones están cambiando y la gente, ya en su puesto de trabajo, descubre que su formación cojea y decide hacer un máster». Parellada aseguró que no cree que la polémica en torno a los másteres de Montón, Cifuentes o Casado afecten a las matriculaciones.
Más vigilancia
El informe también abordó el problema de la sobrecualificación. Al margen de la opción que se elija, a los graduados universitarios se les presenta un grave problema. Y es que el 35,6% de los contratos firmados en 2017 han sido para desempeñar ocupaciones de baja cualificación. Comparados con la UE, ese mismo año, el 37,1% del total de ocupados con titulación superior ocupaban en nuestro país un puesto de baja cualificación, mientras que en la UE el porcentaje es bastante menor, de un 23,2%. El informe también advierte de la poca inversión en I+D y en la mejorable posición de los campus españoles en los rankings.
Parellada destacó que la universidad se está recuperando de la crisis (los ingresos totales en 2016 aumentaron un 4% respecto a 2015), tiene más autonomía y flexibilidad que antes, pero recordó que ello debe ir aparejado a una mayor vigilancia. «Hay campos que no están vigilados», admitió.