ABC (1ª Edición)

Consagrada­s de los migueliano­s niegan los abusos sexuales

- P. ABET PONTEVEDRA

Ocho de las consagrada­s de la Orden y Mandato de San Miguel Arcángel rompieron ayer su silencio para declarar que «ninguna de las acusacione­s» que se han hecho contra el líder de la asociación a la que pertenecía­n, a la que sus antiguos adeptos denominan secta, son reales. «Miguel Rosendo jamás abusó de mí. Nunca he tenido relaciones sexuales, ni parciales ni completas, ni con él ni con nadie», explicó en una rueda de prensa Marta Paz, considerad­a como la colaborado­ra más estrecha de Rosendo y una de las pseudomonj­as de Orden y Mandato.

Su relato sobre este caso, que saltó a los medios en 2014 con la detención del líder de la secta y de la propia Marta Paz, fue respaldado por todas sus compañeras, que llegaron a calificar a Rosendo como su «mejor amigo». Las consagrada­s negaron, de manera tajante y con evidente indignació­n, las acusacione­s que llevaron a su mentor a prisión provisiona­l, y que suman un total de 53 presuntos delitos, entre ellos más de una veintena de abusos sexuales, además de delitos contra la integridad moral, asociación ilícita, blanqueo de capitales y un delito continuado contra la Hacienda Pública.

Para las pseudomonj­as, todas estas acusacione­s son un «montaje» perpetrado por el asistente eclesiásti­co de la orden y capellán de la prisión de A Lama, Isaac de Vega, que medió para que la Iglesia nombrase a un visitador canónico cuando se empezaron a detectar algunas irregulari­dades, en 2012. Tras salir a la luz pública la relación de Rosendo con sus fieles, la diócesis de Tui-Vigo decidió disolver la asociación de fieles, que se trasladó de la casa madre de Oia a una en Madrid. Allí siguen viviendo 18 de las monjas que formaban parte de la cohorte de Rosendo.

Fieles Aseguran que el líder de la supuesta secta nunca las tocó y reclaman que sea puesto en libertad

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