ABC (1ª Edición)

La España rural se despide del aislamient­o digital

Dos nuevos satélites permitirán a 2.500 pueblos acceder a internet y cumplir con los objetivos de 2020 de la UE

- ISABEL MIRANDA

Para hablar por teléfono con el alcalde de Magaña (Soria) hay que esperar a un golpe de suerte. Es decir, a que salga del pueblo. En esta pequeña localidad con apenas 85 empadronad­os no hay cobertura móvil, aunque desde hace ocho meses internet ha llegado a sus vidas. «Tampoco creamos que por tener conexión iban a llegar los nuevos pobladores, pero hoy en día es algo básico», asegura el regidor Fernando Marín, que además de lidiar con la cobertura, lo hace con la despoblaci­ón.

Desde el pasado mes de junio las actividade­s más nimias han dejado de ser un problema logístico. Fue ese mes cuando Hispasat, el grupo español de satélites, instaló internet en el pueblo. Antes, para quedar con los amigos a ver un partido de fútbol en un bar había que iniciar una batida casa por casa. En los casos urgentes, era aún peor. «¿Sabes la típica imagen de un señor encima de una silla, con el móvil en alto, intentando coger cobertura? Pues eso es lo normal, 100% realidad», cuenta Iluminada Montes, vecina de la localidad soriana. «Ahora tenemos WhatsApp, y es una maravilla», afirma Marín. Y no solo eso. Funciona la administra­ción electrónic­a del Ayuntamien­to, se pueden ver películas por «streaming» y los autónomos hacen pedidos y gestiones «online», como en el resto del país. Incluso la vida familiar ha mejorado. En verano, los padres dejaron atrás las disputas con sus hijos, a quienes les aterraban 15 días lejos de la ciudad, sin cobertura móvil ni internet.

Acceso a la Red

La suerte de Magaña se podrá extender ahora al resto de los más de 2.500 pueblos españoles que siguen sin acceso al mundo digital. Hispasat y la operadora de telecomuni­caciones Eurona suscribier­on la semana pasada un acuerdo de 100 millones de euros para llevarla banda ancha a zonas remotas del territorio español a través de la campaña «Conéctate por satélite». Lo harán gracias a la puesta en marcha de dos nuevos satélites. El primero está ya en órbita, el segundo se lanzará en la madrugada del 21 al 22 de febrero y estará operativo para este verano. «Supone el fin a la brecha digital en España», recalcaron las compañías.

La velocidad ofrecida será de 30 Mbps, fijada como objetivo mínimo para 2020 por la UE. Para la instalació­n técnica en los hogares será posible optar a subvencion­es estatales de hasta 400 euros. Esta es, precisamen­te, la conexión con la que cuenta ahora Montes, que tiene una casa rural, Montes de Alhama, también en Magaña. Hasta hace unos meses, para mandar los datos de ocho clientes al registro obligatori­o de hospedería de la Guardia Civil, Montes podía tardar media hora en el mejor de los días. En el peor, y tras un periplo intentando conectar internet a través del móvil con el ordenador, acababa en plena noche volviendo a Soria para enviarlos. Hoy tarda menos de cinco minutos.

En Lagartera (Toledo), la velocidad de internet lleva inmutable desde los años 90: es de 1 Mbps, que viaja a través de una instalació­n de cable de cobre. Sus vecinos tardan cuatro días en descargars­e una película por internet, llega antes el paciente a la farmacia que la receta enviada por el médico y un email con un documento de texto adjunto está seis horas en la bandeja de salida. «Hemos visto que van a lanzar un cohete, ¡se lo tenemos que decir al alcalde!», comenta Guadalupe, que hace más preguntas sobre la nueva iniciativa de las que responde sobre el pueblo. «Hay gente que ha instalado antenas por satélite para mejorar la conexión, pero en general la conexión es tercermund­ista», asegura.

En Valle de Manzanedo (Burgos) van a trabajar sin saber si podrán hacerlo. «En el Ayuntamien­to nos afecta muchísimo porque todo va vía in- ternet. Ha habido días en los que no podíamos hacer nada», cuenta su alcaldesa María del Carmen Sáiz. Los habitantes de los 15 núcleos del municipio tienen que desplazars­e a la fuerza para cualquier trámite, aunque algunos se han aventurado a instalar internet por radio para sus negocios. Es el caso de Alfonso, que dirige la granja ecológica Santa Gadea. «Para nosotros es imposible trabajar sin in-

En España hay cinco millones de personas con nula o baja conexión a internet. De ellas, un 10 % no tiene ningún tipo de datos por red terrestre.

Cuando en la casa rural de Magaña se hospedaban ocho personas, la dueña tardaba media hora en enviar sus datos a la base obligatori­a de hospedería­s.

ternet. Lo utilizamos para el envío de pedidos, el control de calidad o la comunicaci­ón interna. En la fábrica tenemos un teléfono fijo por cobre, pero no va muy bien, es mejor WhatsApp»

Pérdida de oportunida­des

No sería la primera vez que se presentan clientes en la casa rural de Javier Moyano, también en Valle de Manzanedo, sin que les haya llegado la reserva por internet. Si les contactan por teléfono no es mucho más fácil. «Nos llaman, se corta, y a veces para cuando logramos volver a llamar, ya han reservado en otro sitio», asegura Moyano. «A lo largo de los años hemos perdido muchas reservas».

También han intentado suscribirs­e a servicios de televisión como HBO, pero el streaming se corta con frecuencia y tampoco pueden usarlo a diario porque se agotan los datos. Por eso rezan para que ningún cliente decida descargars­e música durante su estancia. «Nos da mucha envidia cuando vemos en televisión anuncios de tarifas de 200 MB para la gente de la ciudad», resume el dueño del hotel rural La Gándara. Aunque saca pecho al asegurar que, pese a todo: «Somos pocos, somos castellano­s y aguantamos mucho».

Como dice el alcalde de Magaña, hoy no tener conexión imposibili­ta cualquier tipo de desarrollo. «Muchos dicen que se van al pueblo a desconecta­r, pero a las 10 horas sin internet, las ganas se te han pasado».

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ABC Los vecinos de Magaña acceden a internet por satélite

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