La resaca de Champions marca un clásico con el título en juego
La Champions ha dejado una resaca muy diferente en Real Madrid y Barça. En los blancos, todo es felicidad tras una noche para la historia ante el Manchester City, mientras que para los azulgranas han sido unos días muy duros marcados por la eliminación ante el PSG y por una guerra interna con Araujo y Gundogan como protagonistas.
En el Madrid, todo va viento en popa en esta temporada. Con la Liga encarrilada, el ‘milagro’ del Etihad ha supuesto un subidón en todos los sentidos no solo por la clasificación para las semifinales de la Champions, sino también por cómo se produjo, en una eliminatoria agónica que se decidió en una tanda de penaltis de infarto.
Eso sí, la gesta del Etihad dejará efectos colaterales que pueden influir en el clásico. El sobresfuerzo hizo que varios jugadores no pudieran acabar el partido, como Carvajal y Vinícius, y hasta a los más dotados físicamente se les vio exhaustos.
El Real Madrid tiene un día menos que el Barça para recuperarse, por lo que habrá que ver si no paga en el clásico el tremendo desgaste del partido de este pasado miércoles.
En el caso del Barça, la resaca es de las malas, de las que dejan un proyecto muy tocado. La eliminación hace que la única posibilidad de no acabar con una temporada en blanco sea con la Liga –ahora están a cinco puntos de los blancos–, pero peor aún es el enfrentamiento entre jugadores que ha dejado un vestuario dividido y una fractura complicada de arreglar.
«Es duro decirlo... Pero en estos momentos tan cruciales tienes que estar seguro si vas a por el balón. No sé si toca el balón o no... Yo prefiero conceder un gol o permitir un uno contra uno. Yo no sé si llegaba al balón o no, pero dale al portero la oportunidad de pararla, o incluso dales el gol», afirmó Gundogan tras la derrota ante el PSG.
Ayer le tocó el turno de réplica al gran protagonista, Araujo. Y su mensaje fue muy duro. «Prefiero guardarme para mí lo que pienso. Tengo códigos y valores que creo que hay que respetar», espetó el uruguayo, dejando claro que hay una fractura en el vesturio que no va a ser fácil de solucionar. ●