Macron elige al conservador Michel Barnier como nuevo primer ministro de Francia
EL PRESIDENTE galo rompe así con dos meses de parálisis institucional tras las elecciones legislativas EL EXMINISTRO lo tendrá difícil para gobernar ante una Asamblea dividida y sin mayorías claras
Fumata blanca en Francia. El presidente Emmanuel Macron eligió ayer a Michel Barnier como nuevo primer ministro después de dos meses de parálisis institucional desde las elecciones legislativas y varios días de consultas. El que fuera negociador del brexit por parte de la UE es el seleccionado por Macron con el reto ahora de aglutinar una mayoría en torno a su nuevo Gobierno en una Asamblea Nacional francesa más dividida que nunca y con previsibles vetos a izquierda y derecha. Barnier forma parte del Partido Popular Europeo y, además, en su momento sonó para presidir la Comisión Europea.
En lo que el Elíseo ha llamado «ciclo inédito de consultas» para nombrar al sustituto de Gabriel Attal habían sonado los nombres de Bernard Cazeneuve y Xavier Bertrand, clásicos de la izquierda y la derecha moderadas en Francia. Barnier ya tiene negativas confirmadas, sobre todo por parte del Nuevo Frente Popular (NFP), ganador de las elecciones legislativas, que aseguró que solo apoyaría a su candidata –desechada por el presidente de la República–, Lucie Castets.
Ahí estará la verdadera clave para Barnier: no hay mayorías claras en el Parlamento, con la izquierda como fuerza principal, por delante del macronismo y de la Agrupación Nacional (RN, por sus siglas en francés) de Marine Le Pen. El perfil de Barnier contenta a los centristas y también a su partido, Los Republicanos, pero levanta muchas dudas tanto en las formaciones progresistas como en la derecha radical, aunque en los últimos tiempos ha tenido guiños hacia ellos.
La Asamblea Nacional, de primeras, no puede vetar el nombramiento del primer ministro, que es potestad del presidente, pero sí puede someterle a una moción de censura, algo que para muchos expertos resulta plausible dada la división en la Cámara. De hecho, su partido solo cuenta con 60 escaños en el Parlamento francés de 577. La llamada a Barnier, que fue ministro con Jacques Chirac y también formó parte del poder con Nicolás Sarkozy, responde al objetivo de formar un Ejecutivo de «unidad».
Tras el anuncio, el propio Attal se despidió del cargo con un vídeo: «En una palabra: gracias. El vínculo que tenemos es lo más preciado que tengo. Cuenta conmigo para seguir tejiéndolo». El macronista ya había presentado su dimisión tras los comicios de julio.
La cabeza visible de RN, Jordan Bardella, calificó la parálisis de «indigna», pero dejó la puerta abierta para Barnier, al que juzgarán «sobre la base de las pruebas», aunque Marine Le Pen aseguró que su formación «no participará» en el Gobierno. Mucho más beligerantes fueron desde el Nuevo Frente Popular, que calificaron de «golpe» a la democracia la designación del conservador y avanzaron una moción de censura próximamente y una manifestación mañana. ●